ISEKAI: Reencarné como el Rey más pobre del mundo

Capítulo 3: Adiestramiento militar inicial

 El rostro nervioso de Alda lo decía todo, miró alrededor de los barracones y centró su atención en las espadas colgadas. Este sitio no era muy grande, apenas contaba con tres armaduras completas encima de maniquíes de madera fina, al centro yacía una mesa con un mapa del reino y al fondo de la habitación había un baúl grande de hierro, probablemente guardaban repuestos allí.

— ¿Por qué tan nerviosa? —cuestioné a mi hermana, cuyo rostro no dejaba de sudar.

—E-Es mi primera vez junto al Maestro de Guerra, no soy buena en los estudios y no sé si podré hacerlo bien...

—Nadie nace sabiendo, por algo estamos tomando clases, solo relájate. —Segundos más tarde, Sir Einar entró a la habitación y sin decir ninguna palabra tomó asiento frente a nosotros. Las sillas de madera no eran cómodas en lo absoluto, me picaba estar sentado aquí y ni hablar del respaldo en mal estado.

¿Tan fea era la vida militar?

—Bien, no perdamos el tiempo con introducciones. Yo soy Sir Einar, mientras estén aquí ustedes no son miembros de la realeza, solo aprendices. Obedecerán y escucharán mis palabras a cada momento. No habrá trato especial. ¿Entendieron?

—Sí, señor —contestamos al unísono.

—Excelente, Alda, pregunta para ti, ¿cómo se compone nuestro ejército? —Nuestro mentor cuestionó a mi hermana sin piedad alguna, Alda llevó su mano diestra directo al mentón y luego respiró profundamente.

—El ejército de Etrica se compone de cuatro sectores diferentes: hombres de armas, levas, mercenarios y caballeros nobles. —La respuesta de Alda fue correcta, ambos vimos estos temas de reojo con Gonzalo y debido a ello no nos agarraron en curva.

—Muy bien, al menos saben lo básico, esto facilitará las cosas. Escuchen con atención, hasta el momento ustedes han recibido una educación marcial basada en el camino del guerrero. Sir Marte Hogan es un gran caballero, pero no un comandante militar. Conmigo aprenderán a usar la cabeza, recuerden que los guerreros ganan batallas, pero los generales son los que consiguen la victoria definitiva en las guerras. Pensar es más importante que cualquier honor o heroísmo, si tenían aspiraciones de convertirse en luchadores legendarios y ser acobijados por los bardos en canciones, entonces pueden retirarse.

Ni Alda ni yo salimos del cuarto.

Ambos sabíamos perfectamente que tipo de persona era Sir Einar; para él, la caballería era un estorbo.

—Estamos dispuestos a aprender, Sir Einar, un buen monarca necesita ser un comandante militar excelente. Se vienen tiempos duros para nuestro país, no es momento de héroes.

—Eso es lo que deseaba escuchar, alteza. —El profesor volteó su semblante a mi media hermana, ésta igual asintió con la cabeza y dejó al mentor proseguir con la clase —. Bien, voy a comenzar explicando el sistema de reclutamiento.

—Lo escuchamos.

—El Reino de Etrica no cuenta con un ejército permanente como en los tiempos míticos, en su lugar, todos los hombres y mujeres sin hijos deben entrenar bajo las órdenes del capitán de la guardia una vez por semana. Se les enseña a usar una lanza con escudo, también a disparar con el arco largo y cada dos meses los barones realizan torneos de arquería para mantener a la población activa. —La explicación de Sir Einar ya la había escuchado antes con Gonzalo, no obstante, el caballero se puso de pie y caminó hacia la pared trasera del recinto, lugar que albergaba una lanza junto a un escudo.

— ¿Las levas son obligatorias, cierto? —preguntó Alda.

—En efecto, lo son. Si alguien se niega a prestar su servicio militar se le considera traidor y recibe un castigo. —El militar tomó el armamento sin problemas y de inmediato lo colocó sobre la mesa —. Esta es una lanza de infantería promedio, cada campesino está medianamente instruido para mantener la línea con esta cosa entre sus manos. Aquí el escudo de madera, tiene forma de triángulo y es útil para bloquear proyectiles que caen del cielo, intenten cargarlos.