Capítulo XIV

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— ¿Así? No lo creo — dije aún incrédulo - ¿Qué podrías decir?

— Más de lo que te imaginas seguramente — dijo.

— Han pasado los años, las cosas cambian. Sé que te refieres a Kiara, pero lo nuestro acabo hace mucho tiempo.

— Quizás debas prestar más atención.

— ¿Prestar atención a qué? — Pregunté confundido.

— Sabes, los hombres son muy predecibles y fáciles de descifrar, hay cosas que los hombres muy difícilmente entenderán.

— Esa es una afirmación un poco osada. ­— Respondí frunciendo el ceño

— Sabes que lo digo con cariño, no pretendo ofenderte.

— Pero entonces, ¿a qué te refieres con todo esto?

— Quizás debas meditar un poco las cosas, pensar en los detalles, en las palabras...

— Ya veo, los hombres no somos fáciles de descifrar, las mujeres son muy complicadas — Sonrio tímidamente y ella suelta la carcajada.

— Ben, ¡Ben!, pensé que después de tantos años de conocerla por fin la hubieses descifrado.

— ¡Pues no! Y por favor ya dime a que te refieres con todo esto.

— Tu mente está nublada por todos los pensamientos, por los recuerdos, por sobre pensar lo que ya pasó, no busques más en lo que ya pasó, la respuesta está en el ahora.

— Puede ser, pero tampoco sé que esperas que suceda.

— Yo no espero nada de ella, creo que el que debería de esperar algo eres tú. — Mantuvo la mirada.

— ¿Qué podría esperar? — Dije casi hostigado.

— No lo sé, a lo mejor una conversación sincera. Es lo que se merecen ambos.

Es cierto, muchas veces nos obstinamos sin saber lo que realmente queremos. No comprendo el por qué se nos hace tan difícil descubrir nuestros propios sentimientos. "Deja fluir las aguas del río" decía ella.

— Bueno — Continuó — Será mejor que salga para el aeropuerto, se me hará tarde.

— ¡Espera!, Yo... — tiemblo y dudo, divago sobre mis propios pensamientos un momento...

Quería que esta despedida no pase desapercibida, quería hacer algo especial por ella, pero no tenía nada planeado.

— Yo, quisiera poder acompañarte hasta el aeropuerto, esta no es una despedida como la que quisiera tener con mi hermana a la cual no veo desde hace mucho, y que probablemente no vea en mucho tiempo más...

— Me gustaría mucho Ben, pero no estás en condiciones para hacerlo.

— Quizás pueda hablar con Kiara, quizás ella pueda manejar el auto.

— No Ben, no quiero incomodar, y sabes que tampoco me gustan las despedidas.

— Insisto, no quiero tener que despedirme de ti de esta manera.

— Bueno, solo si Kiara está de acuerdo con esto, no quiero importunar...

— Preguntaré, seguramente estará de acuerdo conmigo.

Melissa se quedó sentada en el sofá mientras yo subía hasta la habitación en la cual por algunos años compartí con Kiara...

Al tocar y darme el pase, gire la perilla. La luz de la mañana entraba por la ventana, aquella misma luz de la mañana que viene consigo con nuevas oportunidades, que trae nuevas experiencias, aquella misma iluminaba la recamara inundándolo todo, tocando delicadamente la figura de Kiara que recostada desde la cama se veía como un ángel.

— ¡Hola!

Aun anonadado demoro en responder.

— Hola, eh...

— ¿Estás bien? — Preguntó cariñosamente. Sonrío al notar su preocupación.

— Sí, sí... Lo que pasa es que, no quería incomodarte, la verdad fue lo único que se me ocurrió.

— ¿Pasó algo? — Se sentó casi de golpe sobre la cama.

— No... No te preocupes, todo está bien. Solo que le insistí a Melissa llevarla al aeropuerto, pero... te incluí, no quería incomodar en verdad. Quizás tenías planes, o quizás solo querías descansar, solo tuve afán de despedirla...

— Ja, ja, ja, por un momento me asustaste, pensé que te sentías mal o que había sucedido algo. Claro que quiero acompañarlos. — Respondió con una amplia sonrisa, la cual iluminaba aún mucho más que la luz de la mañana entrando por su ventana.

Dios, ¿Cómo puede ser tan hermosa?

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⏰ Última atualização: Feb 17, 2023 ⏰

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