🚢Cap 9🚢

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Mientras tanto, Chad y Verónica estaban aun en su camarote. Esta no le miraba. En algún lugar, muy dentro en su corazón, sabía que nunca Betty habría hecho aquello. No podía evitar mirar con recelo a Chad por que sabía que era su culpa.

Ambos se miraban, pero no hablaban. Fue entonces cuando se acercó a nuestra pobre pelinegra y la golpeó.

—Eres una golfa—Le acusó mientras la zarandeaba— Eres una golfa que se…

—Señor, tenemos problemas—Gracias a Dios, un marinero entró y avisó del hundimiento, con lo que paró a ambos en el momento.

—Joder—Chad se tuvo que parar, apariencia antes que nada.

Mientras tanto, el barco se preparaba ante el hundimiento. Pasajeros de todas las clases sociales eran llamados a ponerse el chaleco salvavidas.

Algunos, sin saber que pasaba, se desconcertaban, pero todos se guiaban por lo mismo. Corrían de un lado a otro el personal. Los marineros corrían a bajar los botes salvavidas. El capitán mandaba a los del telegrama lanzar el S.O.S, se hundían y no podían hacer nada.

La banda de música tocaba mientras para amenizar la espera de la salida.

Era todo lo que tenían antes de que se produjera el desalojo. Eso sí, aun quedaban aquellos desafortunados de la tercera clase que no tenían tanta suerte. Todos luchaban para salir a la superficie y coger un barco que los sacara de aquel lugar ante el inminente hundimiento del Titanic que no muchos conocían.

Todo el barco estaba en movimiento. El buque insumergible se hundía y era hora de sacar a todo el mundo del lugar. Ni si quiera el pobre Thomas Andrews que lo había diseñado, lo había hecho, se lo creía.

Querían un notición los peces grandes que en el transatlántico, y sin preverlo, lo iban a tener.

Y nuestra familia preferida no era otra. Chad, junto con Verónica y Hermione se abría paso, eso sí, sin evitar poner a todo el mundo verde.

—Malditos ingleses—Refunfuñaba.

Verónica no hablaba.

—Basta, querido Chad. Ya verás que no es tan malo—Su madre no le daba más importancia.

Solo se volvía a su falso mundo, pero en aquel momento no le importó a Verónica; le importó más ver la cara de preocupación que traía el señor Andrews.

—Andrews—Lo paró—He visto el iceberg y lo veo en sus ojos. Por favor dígame la verdad.

Este lo miró y, llevándola aparte se lo confesó.

—El barco se hunde.

—¿Es cierto?

—Sí—Respondió mirando a Chad que se había unido a él y Verónica—Dentro de una hora o menos todo el barco estará bajo agua. Díganselo solo a quien lo crea necesario y suban a un bote. ¿Recuerda lo que le dije de los botes?—A lo que la pelinegra asintió toda asustada.

—Sí, entiendo—Y dicho esto, la dejó a solas.

Su mente voló enseguida a Betty.Se la habían llevado hacía una hora más o menos y no se había enterado de nada. ¿Qué iba hacer?

Betty no podía hacer mucho. Esta solo esperaba, en una sala casi abajo del todo, esposada a una gran tubería, mientras que Lovejoy la vigilaba a causa de que el guardia había tenido que irse por el "alboroto" formado arriba.

Mientras tanto, en la zona de desembarque, el protocolo había comenzado: mujeres y niños primero, como lo habían designado meses atrás en la construcción del Titanic. Y, sin olvidarnos de Toni y Cheryl, las dos no corrían mucha más suerte que nuestras dos protagonistas principales. Aunque eso no paraba a Cheryl que se impacientaba: habían cerrado el paso para los de tercera clase. Iban a dejarlos morir como si fueran lacras.

Titanic [Beronica] (Adaptación)Where stories live. Discover now