🚢Cap 4🚢

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Más tarde, aquella misma noche, Verónica estaba por fin en su cuarto, envuelta en sus joyas que ya no le parecían tan increíbles como antes. Su mente solo estaba en el momento de su casi caída y como los ojos de su salvadora la había hecho replantearse el quitarse del medio. No solamente no podía olvidarla, solo la recordaba como el mejor momento de su vida.

Pero claro, todo su mundo quedó de nuevo estallado por culpa de Chad que venía a pedir disculpa por su comportamiento en medio de su relajante momento con su cajita de música. Esta solo lo miraba a través de su espejo

—Sé que estás nostálgica y no pretendo saber porque—No impresionaba a Verónica—Quería guardar esto—Se acercó un poco a esta y cerrando la cajita se acercó a ella—Hasta el día de la gala de  nuestro compromiso, la semana próxima—Observó entonces Verónica que este traía una gran caja entre sus manos—Sin embargo, he pensado que esta noche—Abrió la caja y enseño el maravilloso colgante del mundo adornado con el mayor pedrusco azul jamás visto.

—Santo cielo—Aquello si impresionó a Verónica que lo observaba impresionada.

—Quiero que sea un recuerdo de mis sentimientos por ti…—Continuó.

–Es un…

—Diamante—Afirmó Chad—Sí, de 56 quilates para ser exactos—Se puso de pie y agarrandolo, lo puso en el fino cuello de la pelinegra adornándolo con aquella maravillosa piedra, era impresionante—El…

—Corazón del mar—Respondieron ambos al unísono.

—Es abrumador—Acertó a decir Verónica por fin.

—Es para la realeza,Verónica —Contestó Chad cosa que hizo de nuevo recordar a la pelinegra la clase de persona que era su prometido—Y somos la realeza—Lo que había dicho— No hay nada que pueda darte, ni pueda negarte—Chadwick Gekko, humillándose por ser el mayor príncipe, que sorpresa, ¿no?—Si no te alejas de mi—Verónica lo miró y solo lo miraba—Ábreme tu corazón, Verónica.

Esta se miró al espejo y observó el pedrusco que seguía adornando su cuello. Lo toco. Solo aceptarlo supondría negar las cosas por las que luchaba. El ser independiente, fuerte, no una chica del montón. ¿Qué hacer? ¿Qué decir? No tenía ni idea.

A la mañana siguiente,la pelinegra fue a buscar a Betty. En toda la noche no pudo dormir, quería saber más de su salvadora, más de esa persona que lo iba a arrojar todo por la borda por salvar a una desconocida; así que eso hizo. Por primera vez, cruzó la escotilla que diferenciaba primera de tercera clase y fue en su busca.

Betty pasaba el tiempo enseñando a una niña como pintar mientras que Toni y Cheryl se "ponían al día"

—Vamos, ¿ni si quiera un poco?—Le intentaba sacar a Cheryl si le gustaba o no.

—Ya te dije que nunca me lo sacaras—Se acercó a ella y respondió—¿Por qué no probamos antes algo y ya después…?

—La señorita Cheryl es muy picante, ¿no es así?

—Puede…—Se fueron a besar cuando ambas dirigieron su mirada a Verónica.

No es que todos los días alguien de primera clase bajara a ver a gente de tercera ni nada por el estilo.Verónica empezó a buscarla por todos lados, ignorando las miradas llenas de curiosidad.

—Cheryl—Toni le llamó la atención a lo que esta la miró rápidamente.

A lo que se puso en pie reuniéndose con ella.

—Hola, señorita Cooper.

—Hola otra vez—Por primera vez en su vida, estaba nerviosa.

—¿Podría hablar con usted?

Titanic [Beronica] (Adaptación)Where stories live. Discover now