CAPITULO 7

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-Es un hijueputa- cerré con fuerza la puerta.

-¿Qué pasó?- Isaza se levantó de golpe del sofá.

-Ese man es un hijueputa- me miraba confundido- el esposo de Martina, es un hijueputa.

-¿Qué pasó?-

-Le pedí que me acompañara a comprar una alfombra, para ver si se le gustaba igual que a Mar-

-Usted debe dejar ir a Mar- giré mis ojos- no está bien que se encapriche con Martina sólo porque se parecen.

-Son la misma- dije molesto- no sé cómo demostrarlo aún, pero son la misma.

-Bueno- me cambió el tema. Terminaríamos discutiendo si seguíamos- ¿Por qué es un hijueputa?

-Nos demoramos más de lo planeado y llegamos tarde. Él man estaba ahí-

-¿Usted lo vió?-

-No lo vi, estaba de espalda- me vió confundido- Me bajé a llevarle su chaqueta y cuando entré a la galería, él la estaba agarrando del brazo y ella le estaba diciendo que le dolía.

-¿Por qué no la defendió, huevón?-

-Pues eso iba a hacer, pero Amaranta me sacó. Me dijo que dejara quieto al man, que después la que pagaba los platos rotos era Martina- me tiré al sofá- hizo que me fuera de ahí y no sabe la impotencia que tengo. Esto ya lo viví una vez.

-La historia con Mar era diferente, ellos sólo eran novios-

-Usted sabe cómo era Diego- Isaza asintió- desde el primer momento que los conocimos, el man era un abusivo.

-Qué será de la vida de ese man-

-Uy no sé, ni quiero saberlo- resoplé- Dónde Fernando le haya tocado un solo pelo a Martina, yo no respondo.

-Llámela- suspiré.

-Le voy a escribir, es menos peligroso para ella-

JpVillamil: Señora Martina, ¿Cómo le fue?

Contestó media hora después.

Martincita: No muy bien, pero nada del otro mundo.

JpVillamil: ¿Te golpeó?

Martincita: Nunca lo haría. Sólo se enojó porque no avisé que iba a salir.

JpVillamil: perdón. Esto es mi culpa.

Martincita: No pasa nada. ¿A qué volviste?

JpVillamil: Dejaste tu chaqueta.

Martincita: Es mi favorita. Cuídala, señor Rodrigo.

JpVillamil: brenom vecla?

Martincita: Is. oahc.

-Está bien- suspiré- yo puedo salvarla de esto.

-Cómo iba a salvar a Mar- Isaza se levantó- se sigue lastimando usted solito.

-Y no me importa- levanté mis hombros- lo haría mil y una vida con ella- levanté mi cabeza sorprendido- ¿Cómo sabe?

-¿Qué?-

-El idioma clave, el que inventamos- señalé la pantalla del celular.

-Desde que nuestras fans lo descubrieron, todos lo saben-

-Ella no es nuestra fan- sonreí- ¿Ve por qué le digo que es Mar?

-Mar está muerta Villamil. Déjela descansar- puso su mano en mi hombro- no sabe cómo me duele verlo aferrado a esa esperanza.

Acuérdate de mí Where stories live. Discover now