CAPITULO 6

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Narra villamil

-Se lo juro- le decía a Martín- es ella, ella es mi mar.

-Usted no puede estar hablando en serio. Nosotros fuimos al funeral-

-Pero nunca la vimos- me tiré en el sofá- nunca encontramos su cadáver, nunca.

-Mar murió Villamil-

-¡No es cierto!- grité- Martina es Mar, estoy seguro. Todo se conecta.

-¿Cómo es eso?-

-Martina tuvo un accidente hace 3 años, los mismos 3 años que lleva desaparecida Mar- Martín se sentó a mi lado- Dicen las mismas palabras, tienen esa misma chispa, sus besos son iguales y …

-¿La besó?- dijo sorprendido.

-¿Y sabe que pasó en medio del beso?- levantó su cabeza para que le contara- hizo algo que sólo Mar ha hecho.

-¿Se lo paró?-

-Estupido- le regañé- acarició mi rostro y luego agarró la parte de atrás de mi cabeza.

-Lo hace todo el mundo cuando besa, villamil-

-Es diferente, porque su toque me daba corriente- suspiré- es ella.

-Usted no puede llegar a decirle a una desconocida que es su novia que declararon muerta hace tres años- tenía razón- sólo la va a asustar. Debe tener algo concreto, no sólo "mi corazón lo dice".

-Es que usa las mismas palabras- puse mi cara sobre mis manos- embuste, dolarucos- sacudí mi cabello- piensa que cuando uno la ustea es porque la están regañando, ama el helado…

-Son cosas básicas Villaco- me reprendió el menor de los vargas- tiene que tener algo en concreto para poder decirle "Tú eres mar".

-Lo voy a conseguir. Se lo juro- sonreí- La encontré, por fin.

NARRA MARTINA.

Número desconocido: Hola Señora Martina, para averiguar por la pintura 273.

Martina Mendoza: ¡Con gusto! Si quiere pase por la galería y la puede ver. Acá negociamos.

Número desconocido: Ya tenemos la confianza para no ustearnos.

Sonreí. Ya sabía quién era.

Martina Mendoza: ¿Usted cree?

Número desconocido: Rotundamente, martincita.

Solté una carcajada.

-¿Con quién hablas?- preguntó Amaranta.

-Con Villamil- sonreí- me tiene boba este man.

-Pensé que ya no te iba a escribir-

-Igual yo, fueron dos semanas sin saber nada de él- levanté mis hombros.

-De pronto le daba miedo-

-No muerdo- Amaranta rió- No me importa que se haya demorado.

-Aquí hay amoor- cantó Amaranta. Me reí.

-Hay gusto, es diferente- le sonreí- otro mensaje.

Cliente pintura 273: ¿Te dejé sin palabras?

Martina Mendoza:  Sin oxígeno, mejor.

Me empezó a llamar.

-Pablito- dije al contestar.

-Necesito ayuda-

-¿Qué pasó?-

-Compre un apartamento- reí- quiero una alfombra, pero no sé cuál.

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