Capítulo 3

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 Felix no sabía que le echaba de menos hasta que le vio en la iglesia.

Hyunjin llevaba el pelo lo suficientemente largo como para que le cayera sobre los ojos, negro, como siempre. Su atuendo consistía en un pantalón de traje beige claro y una camisa blanca que le quedaba perfecta.

Rachel le recibió con un abrazo, como si fueran amigos de toda la vida, lo que dejó a su hermano un poco descolocado.

No lo había mirado en ningún momento, y en el fondo lo agradecía, pues Felix seguía en shock. Entró a la iglesia en busca de su cuñado, que estaba con el pequeño Luke cerca del altar.

Afortunadamente, el cura apareció y todos los invitados tomaron asiento. Felix, que era el padrino, se sentó en la parte delantera junto a su hermana, el marido y la madrina, que era la hermana de éste. No tuvo que preocuparse de mirar hacia atrás hasta que el cura les instó a acercarse a la pila bautismal con el pequeño para decir las pocas frases que había practicado unos días antes.

Con Luke en brazos, decidió que se fijaría solo en él. En como el cura le dibujaba una cruz en la frente con agua bendita, y le derramaba con un vaso de plata más agua sobre el pelo. El pequeño no lloró, y abrió los ojitos para mirar a Felix antes de que pudieran ir a sentarse.

Volvió a su asiento con el pequeño en brazos, sintiéndose más calmado que hacía un rato. El cura les dejó ir y fue hora de tomarse fotos con la familia. En esos momentos, la situación fue tan caótica que Felix casi se olvidó de que Hyunjin estaba allí.

Cuando la oleada de familiares se dispersó, su hermana le volvió a dejar a Luke mientras ella recogía todas las cosas para llevarlas al coche con Jinyoung, su esposo. Felix se entretuvo haciéndole carantoñas al bebé sin darse cuenta de que se había quedado prácticamente solo en la iglesia y Hyunjin se le estaba acercando.

- ¿Felix?

Éste levantó la vista calmado, tenía a su sobrino encima y no quería asustarle.

- ¡Hola Hyunjin! ¿Qué tal estás? - le sonrió amable.

El aludido no pudo ocultar su sorpresa cuando el rubio le respondió.

- ¡Sí que eres tú! ¿Eres hermano de Rachel? - preguntó confuso.

- Sí claro – respondió Felix con una risita nerviosa. - ¿De qué la conoces tú?

- Solía trabajar en su restaurante hace unos años, nos hicimos muy amigos. Casi es como mi hermana mayor también – y se rió.

Se acercó a tocar la manita de Luke y sonreírle, haciendo que el pequeño se le quedara mirando ojiplático un segundo, para luego sonreír sin dientes.

- Parece que le gustas, qué raro – dijo Felix casi sin pensarlo.

Hyunjin le miró haciéndose el ofendido, pero al ver la cara de circunstancia que había puesto el rubio, no le quedó otra que echarse a reír, contagiando a Felix.

- ¡Chicos, nos vamos! - gritó Jinyoung desde la puerta.

Felix llevó a Luke con sus padres y subió al coche designado para llevarlo al lugar en el que se celebraría el almuerzo.

El lugar era un restaurante familiar en el que se hacía barbacoa. Estaba algo alejado de la ciudad, por lo que había bastante flora alrededor, esparcida en los amplios campos. El edificio principal era una casita blanca, de techo de tejas rojas. Delante les esperaba un equipo de camareros y encargados para indicarles el camino hasta otra de las casas, que estaba reservada para la comida.

Las mesas decoradas se colocaban de forma que todos los invitados quedasen cara a cara, para evitar que nadie se diera la espalda. En la mesa principal se sentaban los padres junto con Luke, el padrino y la madrina. El resto se repartían ordenadamente en perpendicular a esa mesa, desde familiares hasta los pocos amigos que habían sido invitados.

El almuerzo fue de maravilla, Felix estaba en una nube con su sobrinito, dándole de comer y poniéndolo a dormir, incluso con el ruido.

Una vez terminó la comida, se abrió la barra libre para todos los que decidieran quedarse, pues había algunos padres con hijos y personas que decidieron volver a casa justo después de almorzar.

Felix no perdió la oportunidad de ir tomar algo, y se encontró con Hyunjin en la barra. Se había desabrochado los dos primeros botones de la camisa y se veía colgando de su cuello una cadena de oro con una pequeña medalla.

- ¡Hey Felix! ¿Qué tal va eso? - preguntó simpático- ¿Quieres unirte a una partida de cartas?

El rubio, dando un sorbo a su ron blanco con sprite le miró con pena.

- Mmm... No sé jugar muy bien a las cartas... - dijo tímido.

El pelinegro, que estaba inclinado sobre la barra para pedirle al camarero una copa, le miró, giñándole un ojo al hacer contacto visual.

- No te preocupes, yo te enseño.

No le dio tiempo a responder, pues Hyunjin ya tenía su copa en la mano y le instó a que le siguiera hasta una de las mesas. Habían retirado todos los cubiertos y los platos, y ahora había un salvamanteles de silicona en una esquina, haciendo de mesa de cartas.

- ¡Anda Hyunjin, si has conseguido convencer a Felix de unirse! - dijo uno de los invitados. El rubio recordaba que era uno de los tantos amigos de toda la vida de su hermana. Y el resto de los jugadores fueron tanto de lo mismo.

Felix se sentó al lado de Hyunjin, quedando al final de la hilera de sillas sin nadie sentado a su izquierda.

Hyunjin le explicó brevemente las normas del juego, pero viendo que el rubio no se enteraba demasiado, le dijo que a las primeras rondas podían jugar juntos.

La familiaridad con la que el pelinegro le trataba, casi le ponía los pelos de punta por algún motivo. El encontrarlo allí se sintió una casualidad tan enorme que le costó digerir lo que estaba sintiendo.

Era eso.

Eso que hacía tiempo que no sentía. Allí en el estómago. El temblor, los nervios. El sentirse atractivo y atraído hacia alguien. Hyunjin le rozaba la rodilla sin querer, pero llegó un punto en el que no separó su pierna de la de Felix, y allí se quedaron jugando.

De vez en cuando se levantaban a pedir más bebida, pero volvían a sus lugares en la mesa como si las manos del rubio no estuvieran temblando de anticipación.

¿Lo peor de todo?

A pesar de estar con Sowon, a pesar de haberse prometido que por haber descubierto su sexualidad no había dejado de quererla... Allí estaba. Deseando a otra persona.

El alcohol le nublaba la mente, pero en el fondo sabía que eso era lo que quería.

Le deseaba a él.

E iba a conseguirlo esa noche.  

Wedding Planner ~ HyunLixWhere stories live. Discover now