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Oficialmente habían pasado tres semanas desde que el príncipe Park Jimin había sido secuestrado por la tripulación del capitán Jeon Jungkook.

El rey estaba que en cualquier momento le daría un ataque cardíaco por el constante estado de nerviosismo, estrés e inquietud que se encontraba al no tener respuesta alguna sobre el paradero de su hijo. Se había ofrecido a ir junto con la marina británica en busca de su hijo pero tal petición se le fue negada debido a que era una misión sumamente riesgosa. El rey se sentía impotente. Lo único que podía hacer era dar órdenes y mantenerse al tanto de nuevos informes para después esperar en su despacho hasta que lograsen encontrar a su único heredero.

Jimin.

El futuro rey, el legítimo heredero del reino y su único hijo.

Quería haber podido concebir a más hijos, tener una mayor herencia que fortaleciera la línea de sucesión sin tener que preocuparse y vivir con más tranquilidad. Pero la vida fue cruel y le arrebató a su amada reina de una enfermedad mortal cinco años después de dar a luz a su hijo. Su esposa murió entre sus brazos mientras la abrazaba después de escuchar sus últimas palabras:

"Cuida de nuestro hijo, cariño. Prioriza su felicidad antes que la tuya".

Jimin no lo recuerda con claridad porque su mente se había encargado de borrar ese recuerdo de su mente, pero él estuvo presente en la misma habitación cuando su madre murió y el rey lo recordaba muy bien. Aún le dolía recordar a su hijo de pequeño cuando tenía el cabello más claro y ojos brillantes con los brazos apoyados sobre la colcha mientras observaba confundido la desesperación de su padre.

Desde ese día algo se quebró dentro del rey y jamás volvió a ser el mismo de antes. Entró en una depresión eterna y lo único que le sostenía era su hijo, aunque a veces eso no servía de mucho. Aún con su dolor, alzó firme su cabeza y se dispuso a criar por su propia cuenta al que sería el futuro rey de Inglaterra. Le enseñó todo lo que sabía, lo que debía hacer y lo que no debía hacer. Le inculcó valores, ética y justicia. No fue suave. No podía permitirse ser suave cuando la corona estaba en riesgo al tener sólo un único heredero. Fue un padre duro, estricto y firme. Pero estaba orgulloso de lo que había creado.

Porque Jimin era perfecto.

Y no iba a dejar que unos miserables piratas se lo arrebatasen para siempre.

Por lo que desde su posición el rey dio un comunicado de prensa a toda la nación en donde estipulaba que aquel que encontrase al príncipe Jimin iba a recibir una recompensa de una absurda cantidad de dinero por parte de la corona.

El pueblo enloqueció. Todos los ciudadanos que tenían alguna embarcación se pusieron en marcha para ayudar con la búsqueda y los que estaban en tierra se dispusieron a buscar mapas, rutas o teorías. Se corrió la voz por todo lado y en menos de un parpadeo todo el mundo lo sabía. El rey estaba complacido porque además de tener a la marina británica de su lado también tenía a su ambicioso pueblo que no iba a dudar en hacer hasta lo imposible para buscar a su alteza real y obtener esa recompensa.

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Eran contados los lugares en los que los piratas podían llegar a desembarcar para arreglar la nave, repartir el botín o vender mercancía ilegal, pero no había otra isla como la famosa Isla Tortuga.

Tortuga era el refugio de los piratas de las embarcaciones que los perseguían y nido de bucaneros, un puerto donde la piratería y la ilegalidad se respiraba en el aire. En Tortuga podía encontrarse a la más valiente tripulación para las más temerarias expediciones, se podía comerciar sin pagar impuestos a ninguna Corona y sin que nadie preguntara por la procedencia de la mercancía. Generalmente los piratas iban a tomarse un descanso de las aguas yendo a cantinas para beber ron y cerveza, buscando compañía femenina de alguna prostituta o a comprarse nuevas armas para sus próximas aventuras.

Belleza Negra ☠️ kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora