Solo eres su repuesto.

Rose avento la camisa devuelta al closet y mejor sacó un sueter y unos shorts de mezclilla. Exactamente, esta intentando probar que no es una copia de Ryan.

Antes de agarrar su mochila, que lleva consigo a todos lados, se cepillo el pelo rapidamente. Al salir de la que era su habitacion casi choca con Alicia quien le había estado esperando del otro lado de la puerta. —B-Buenos Días...— Rose fruncio el ceño al ver a la mujer ahí parada.

Alicia apretó los labios y luego sonrío. —Buenos días.— Ella habló, era obvio que estaba incomoda y que quería decir algo más pero no lo dejaba salir. Rose le sonrio de vuelta y paso por su lado para salir de la casa. —No es cierto lo que dijo Enedina.— Alicia habló antes de que la chica bajara por las escaleras, Rose se dío la media vuelta para verla. —Ramón no tuvo que salir. D-Dijo que no quería estar aquí.—

Osea que no quiere estar contigo.

Aunque Rose quiso preguntar a dónde y con quien se había ido no lo hizo, simplemente asintio y salio de la casa con mucha prisa. Lo que Alicia le había dicho le había dejado un sabor agridulce, odia saber que Ramón esta enojado con ella todavia, aunque Alicia lo dijo explícitamente es más que obvio que Ramón sigue enojada por lo que paso la noche anterior.

Afuera, Enedina estaba montada en un carro, sentada en el asiento del piloto. Rose le sonrío al abrir la puerta del lado del copiloto. —¿No hay chofer hoy?— Rose preguntó en un tono juguetón para evitar cualquier tipo de tensión.

—Le dí el día libre.— Enedina habló con el mismo tono monótono de antes, sin mirar a Rose. —Tú amiga llamó.—

Rose apreto los labios, sentandose en el asiento del copiloto. —¿Que te dijo?— Preguntó en voz baja.

—No mucho.— Enedina porfin volteo a ver a Rose, solto una risa sin emocion lo cual preocupo a Rose. —Suena igualita a Ryan. ¿La extrañas tanto que tuviste que encontrar un repuesto para ella?—

Rose sintio que su corazón se hundía. — Lia no es un repuesto.— Murmuró.

—¿Segura? Porque enserio lo necesitas...—

—¡¿Eso a ti que, Enedina?!— Rose le gritó, sin pensarlo, olvidanose que esta hablando con Enedina; una persona muy impredecible. Y aunque quiso evitar las palabras que salieron despues, no pudo. Parecía como si no tuviera control sobre sus palabras y esto había sorprendido por completo a Enedina. —Tal vez tú deberías de hacer lo mismo, ¿no? Así vas y me ¡me dejas en paz!— Rose se cruzo de brazos, aunque no se lo quiso decir, era en serío y cada palabra de ello es lo que piensa. Pero la expresion de Enedina no cambío, esto hizo enfadar más a Rose quien solo suspiro y negó con la cabeza. —Mejor tomo un taxi.—

Justo cuando Rose puso la mano en la manija para abrir la puerta Enedina apretó el boton para cerrar todas las puertas del carro con seguro. —Esperate.— Rose rapidamente miro a Enedina con el ceño fruncido, sorprendida y por eso hizo lo que Enedina le dijo. La mirada de Rose sigue en Enedina quien sigue sin mostrar alguna expresion pero cuando las dos hicieron contacto visual, la mirada de Enedina se suavizo. Abrió la boca para decir algo pero, aunque lo intentara, nada lograba salir. Rose lo noto, —¿Estas bien?—

—¡No! Nada está bien.— Enedina exclamó y Rose se estremeció ya que no esperaba esta respuesta de Enedina. Parecía que las dos habían estallado por fin. —Nada esta bien desde que Ryan murio... todo... se está yendo a la chingada y yo...— un sollozo escapó de su boca y Rose sintio un piquete en su pecho, nunca había visto a Enedina en este estado. —Y yo no sé qué hacer. Ramón está incontrolable y yo te sigo echando la culpa de algo que no es.—

amare | narcos: mexicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora