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—Tiene que ver con la llamada que hizo Felix, ¿verdad?— Isabel preguntó después de escuchar que Rose no iba a asistir a la fiesta de bienvenida de Francisco. Las dos se encontraban en la habitación de Rose, Isabel estaba sentada en la cama mientras Rose miraba por su armario.
—Pues sí. Quiere que lo acompañe a hacer algo.— Rose mordió su labio inferior, no quería darle más detalles a Isabel por miedo a que le dijera a Benjamín.
Una sonrisa apareció en los labios de Isabel. —Ajá. ¿Seguro que no te quiere para algo más?— Ella preguntó.
—Pues más le vale que no. Yo... no quiero ese tipo de relación.— Rose negó con la cabeza. —Mas aparte nuestra relación es completamente de negocios.
—¿Todavía sigues con eso de que te quieres ir para Estados Unidos?— Isabel preguntó mientras Rose buscaba ropa en su armario.
—Si. Una vez que tenga el dinero suficiente me voy lejos de aqui.— Ella explicó. —Este negocio no es para mi, no quiero esta vida para mi.
—Una vez escuche a Ryan decir que desde muy pequeña te querías ir a vivir a Grecia, casarte y tener hijos allá y jamas volver para aca.— Isabel habló, se levantó de la cama y se paró al lado de Rose. Al escuchar esas palabras, un nudo se formó en la garganta de Rose.
—Mhm. Yo le decía eso a Ryan cuando apenas me mude con ella y con su mamá.— Una sonrisa se formó en sus labios, al recordar todo los sueños que tenía en esos tiempos. —Pero, luego me di cuenta que no me quería separar de Ryan nunca más. Y luego una vez me dijo que estaba trabajando para que yo pudiera viajar por todo el mundo. Esa vez le dije que ella me tenía que acompañar, y me dijo que sí. Empecé a planear muchas cosas con ella y me duele saber que eso ya no va a pasar.— Rose acaricio su propio cabello en un intento de darse comfort.
