Sujeté el pastel en mis manos, el olor dulce impregnó mi nariz, generando ansias de probar el glaseado. Anthony cocinaba muy bien, pero en la repostería él se destacaba... dejando y saludando a todos me recordé la navidad pasada en donde Anthony fue voluntario en la iglesia y repartía cupcakes en ayuda a las personas sin hogar.

El padre bendijo nuestra llegada, al ver a mi padre se abrazaron enormemente. Estos eran buenos amigos hace años. Yo solo conocía a su hijo, pero no lo veía desde que se fue a la universidad para estudiar literatura. Sin embargo, estaba hablando con los pocos invitados que habían llegado primero, varias chicas de mi edad y algunos del coro. 

—Christine, hija—atrajo mi mano hacia la suya—¿es verdad que sigues pintando?

Miré la felicidad en los ojos del padre junto con su esposa. —¿Te molestaría dibujar algo sobre el enorme amor de la comunidad y el profundo amor de Jesús?  Dime que necesitas y nosotros te lo daremos.

—Pinturas acrílicas, no he podido comprar nuevas...

La felicidad en la mujer se hizo evidente, acarició mi mejilla—Pásate en dos días por aquí y te entregaremos todo, tu papá trajo algunas fotos de tus pinturas. El arte se debe potenciar ¿has pensado estudiar arte?

Como si la oscuridad nos hubiera consumido, sus manos me tocaron la espalda. —Ya en pocos meses tendrá que decidir, está próxima a su mayoría de edad y graduación. Toda una vida educada en casa. —Comentó Anthony, uniéndose a la conversación.

—Es lo mejor, nuestro querido Elliot fue criado y educado en casa la última parte de su colegiatura, y ahora debería estar llegando a la ciudad en unos minutos por el cumpleaños de su padre. Ha sido lo mejor, es un hombre de bien.

—Me alegro un montón de saber eso. Ya puedo darme una idea de que mi niña no se va a descarrilar.

—Para nada, usted es un hombre honorable, con principios y reglas. Su hija es la perfecta representación de una buena crianza, su hogar sólido es el estándar en el pueblo. — El padre estiró su mano para palmar su hombro. —Si me disculpan... llegaron los Hermanos Smith.

—Adelante. —Sonrió Anthony.

En poco tiempo este fue incluido por otras personas de la familia, hablando sobre la buena comunidad y seguridad que están teniendo. Me acerqué lentamente a él para preguntarle...—¿puedo recorrer el lugar? —toqué su mano derecha, jugando con sus dedos. Mirándolo a los ojos.

Apretó suavemente mi mano, para mirarme— Claro, pero no te vayas muy lejos... sabes cómo se pone papá al no verte. —Todos lo miraron como si fuera el padre del año, un padre soltero en esta época... sin una madre que cuide de mí y él trabajando en un despacho de abogados siendo un padre ejemplar.

Él era el estándar de todos en la comunidad ¿cómo no quieres ser así? Debes dar el ejemplo.

Alguien había traído unos pastelitos, mordí uno de mis dedos pensando ¿y si me robo uno? Miré para todos los lados, estaban lo suficientemente distraídos para no observarme... me acerqué lentamente y agarré dos pasteles, salí de ahí a la parte trasera de la iglesia.

Estaba asustada, abrí la puerta de emergencia sin mirar y me estampé con algo... O alguien.

—¿Christine? —habló sorprendido.

Mis ojos solo podían ver como arruiné una chaqueta con glaseado. Al percatarse de eso carcajeó. No le respondí, solo comenzó a seguir mis pasos. Le quité la servilleta a uno de estos pastelitos y lo limpié, pero él le pasó el dedo a su chaqueta y lo probó.

—Fresa. 

—Con crema. —concluí. Sentándome en el columpio.

Era Elliot, el hijo del Padre de la iglesia. El hijo que se estudia literatura, pero a mi basto recuerdo... el hijo problemático que golpeó a un chico por acusarlo falsamente, el hijo problemático que robaba revistas para adultos para esconderlas en los casilleros de quienes lo fastidiaban, el hijo problemático que tuvieron que educar en casa después de una gran riña.

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⏰ Last updated: May 18, 2022 ⏰

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