-- ¿Estás bien? -- le preguntó.

-- Sí.

-- ¡Perra, te voy a matar! -- gritó Lara.

-- Quítenme de encima a esta loca. -- chilló la atacante.

-- Nadie se mete conmigo. Si lo haces, recibirás un golpe. ¡Te daré tu merecido por haber agredido a mi amiga! -- amenazó la chica. Siguió tirándole del pelo y golpeándola. Como Leticia ya estaba sangrando, pero sólo se defendía tapándose con los brazos. Caio las separó y sostuvo a Leticia, que está perdiendo el conocimiento.

-- Tiene que ir al hospital. -- dijo Luana.

-- Llama a una ambulancia. -- respondió él.

-- Voy a matar a esa piraña. -- insistió Lara.

-- Lara, cálmate, está bien. -- la tranquilizó Emma.

-- No seas tan buena, Emma. Ella merece los golpes, te hizo sangrar.

-- No vale la pena. No arruines tu vida por alguien así.

-- Entremos, tienes que limpiarte está sangre. -- dijo Diego. Fueron a la cocina, en donde él le limpio la boca y le puso hielo. Ella sólo tenía un corte pequeño, pero le aplicó frío para que no se le pusiera morado.

-- Duele.

-- Tranquila, el hielo te ayudará. Lo siento, mi amor, no pensé que esto pasaría. -- se lamentó él.

-- Está bien, no es tu culpa.

-- No está bien, Emma. Deja de ser tan amable y ver todo desde el lado bueno, no está bien. Dejé que esto sucediera y ahora estás sufriendo por mí culpa.

-- No pasa nada. No es tu culpa que una loca posesiva me haya atacado. -- afirmó ella.


-- Lo siento. No dejaré que te vuelva a pasar nada.

-- Creo que el hielo sí que es bueno, mi boca se está adormeciendo.

-- Ja, ja. Perdón. ¿De verdad estás bien?

-- Sí, de verdad.

Después de que la ambulancia se llevó a Leticia, todos se quedaron sentados afuera, pero la situación se volvió incómoda.

-- ¿Estás bien? -- le preguntó Pedro a Emma.

-- Sí, gracias.

-- ¿Qué mierda fue ese beso?

-- ¿Cuál es el problema? -- reaccionó la chica.

-- ¿Sabes lo que hiciste?

-- Yo... -- Diego intentó intervenir, pero ella lo interrumpió.

-- Sí, sé lo que hice. ¿Estoy comprometida contigo y no lo sabía? No te debo explicaciones porque no tenemos nada. Que me hayas robado esos besos en el club no significa que sea tuya ni te da derecho a decidir por mí que dormiríamos juntos. Diego y yo estamos juntos. Y no te hagas ilusiones de que se termine, porque estamos muy bien. -- dicho eso, se sentó a mirarlo, y él se fue hecho una furia ante las miradas de todos.

-- Amiga, creo que esa bofetada te hizo bien. -- comentó Lara.

-- La fiesta no terminó. Solo ocurrió un imprevisto. Sigamos bebiendo.

-- Hermano, si yo fuera tú, tendría cuidado cuando me vaya a dormir. Ella es una santa, pero cuando quiere ser mala, aterra a todos. -- bromeó Caio a Diego.

-- Trato de hacer lo mejor que puedo y ser amable. Pero cuando veo que no hay manera, tengo que ser grosera. -- admitió Emma.

-- Eso es, amiga, bebamos.

-- Te revelaste. -- le dijo Diego al oído.

-- Perdona, ¿te sentiste incómodo? -- respondió apenada. -- No pude soportarlo y terminé hablando de más.

-- Me encantó. Me sorprendió, pero disfruté mucho escucharte.

-- Bueno. -- ella le dio un beso y siguieron hablando y bebiendo.



















¿Están disfrutando el maratón?

Hasta aquí el capítulo 37.

¿Qué tal le pareció este capítulo?

Si hay falta ortográfica me lo hacen saber por favor.

Si te gustó este capítulo no olvides seguirme y dar tu voto.

Búscame en Instagram como; @scarletsanchez326 y en Twitter como; @scarletcecilia5.

GRACIAS POR LEER ESTE CAPÍTULO. ♡

Una madre por contrato para mi hija [ PAUSADA ]حيث تعيش القصص. اكتشف الآن