Capítulo 37

9.1K 505 26
                                    

2/3

Caio tomó el rostro de Lara entre las manos para que lo mirara.

-- Mírame a los ojos. -- dijo.

-- Déjame, Caio.

-- No digas nada. Él se levantó y fue hacia una maleta que estaba en el piso, la abrió, sacó una cajita y se la dio. Ella la tomó, pero no la abrió, sólo miró para otro lado.

-- ¿No la abrirás? Bien, tú decides. Llevó días cargando está cajita, Lara. Nunca hablamos de nosotros porque todo estaba demasiado bien, al menos para mí. En esos días en que no te busqué, fue porque estaba resolviendo mi vida, poniendo en su lugar mis pensamientos y sentimientos y resolviendo mi futuro. Vendí el club, ¿satisfecha? Ahora compré un negocio y voy a tratar de salir de esta vida de fiestas. ¿No querías que cambiará? Está bien, lo estoy intentando. Hace tiempo que no estoy con otra mujer además de ti. Sé que tienes muchas dudas, yo también las tengo, Lara, esto es muy nuevo para mí, sabes que mi vida era diferente y totalmente descontrolada. Estoy tratando de tomar el camino correcto para ser suficiente para ti, sólo necesito saber si quieres transitar este nuevo camino conmigo.  Me gustas, me vuelves loco, eres una mujer increíble. Tu alegría, tu forma de ser, tu carisma... todo en ti me encanta y me hace quererte cada vez más. Sino quieres, está bien, no insistiré, sé que estoy llenó de defectos, pero mis sentimientos por ti son sinceros. Sé que soy celoso y posesivo, es que me gustas y no soporto la idea de verte con otro hombre. Te quiero en mi vida como eres, loca y cariñosa.


-- Caio.


-- Te dejaré pensarlo, cuando tengas una respuesta me lo dices.


-- Espera. Lo siento, no era mi intención pelear contigo. Me gustas y pensé que yo no te agradaba. En mi cabeza, pensé que solo me querías para tener sexo, no sabía que te gustaba y por eso me guardaba mis sentimientos. -- reconoció Lara. -- Lo siento, no quiero que cambies toda tu vida por mí culpa, solo quiero que seas mío. Lo que más quiero es ser tuya, que seas mío, intentar estar juntos y recorrer el mismo camino.

-- Abre la caja. --insistió él. Ella obedeció y le cayó una lágrima.

-- Dios mío, Caio. -- expresó.

-- Iba a hacerte una propuesta, pero la arruiné. -- se lamentó él.

-- No arruinaste nada. Fue perfecto que dejáramos todo claro.

-- A partir de hoy, hablaremos de lo que nos pasa; de nuestros miedos, dudas, lo que sea.

-- Está bien.

-- ¿Aceptas ser mi esposa? -- preguntó él.

-- ¿Tienes que preguntarlo? ¡Claro que sí!

Intercambiaron anillos y se besaron llenos de alegría. Después bajaron con los demás, que estaban en silencio, preocupados por ellos.  En cuanto los vieron, todos se levantaron.

-- ¿Quién murió? - bromeó Caio.

-- ¿Se entendieron? -- preguntó Emma.

Lara y Caio levantaron las manos en respuesta, y sus amigos saltaron para celebrar, los abrazaron y los felicitaron. Emma puso una canción animada y Diego abrió un vino espumante para brindar.

-- Te dije que todo saldría bien. El secreto es hablar tranquilos; hablando todo se resuelve. -- le dijo Emma a su amiga.

-- Siempre tienes razón, gracias por estar conmigo. -- afirmó Lara.

-- ¡Te quiero!

-- ¡Te quiero, amiga!

Las dos se abrazaron y Caio y Diego se les unieron. Después, Caio apartó a Lara para darle un beso y Diego besó a Emma. Ella lo abrazó del cuello para corresponderlo. De pronto, alguien los separó bruscamente y Emma sintió un ardor en la cara seguido de una sacudida. Al mirar a su alrededor tratando de comprender, se dio cuenta de que Leticia, furiosa, le había dado una cachetada. Lara se acercó para derribar a la chica con varios golpes en la cara y Diego corrió para levantar a Emma del suelo.

Una madre por contrato para mi hija [ PAUSADA ]Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ