Capítulo 17

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Pasaron el resto de la mañana en la piscina. Cerca del almuerzo, Emma se dio el último chapuzón, Amanda subió con Isadora a ducharse y Vinicius se fue a su habitación. Gustavo, por su parte, decidió volver a su casa, así que la joven se había quedado sola con Diego. Ella se sumergió y sintió que la jalaban de la pierna, por lo que miró hacia atrás al hundirse y se encontró a su jefe debajo del agua, mirándola y sonriendo. Después él la soltó para pasarle por delante, y ella va a la superficie.





-- Ese fue un golpe bajo. -- ella sonrió.





-- ¿No lo pudiste soportar?. -- él la miró con ojos burlones.





-- Payaso.





-- Nada bien, ¿aprendiste cuando eras  pequeña?




-- No, aprendí de vieja. -- se echó a reír. -- Un amigo mío me enseñó. -- el asintió con la cabeza. -- Voy a ducharme.




-- Yo también.




Emma salió de la piscina, seguida de Diego. Mientras se escurría el cabello, él la empujó de nuevo al agua mientras se reía.


-- No puedo creer que hayas hecho eso. -- lo miró frunciendo el ceño.




-- No pensaste rápido.




-- Ayúdame a salir. -- ella le extendió la mano. Cuando él la tomó, la joven tiró con fuerza y lo hizo caer en la piscina. Se apresuró a nadar hasta las escarelas para salir rápido, pero Diego la alcanzó y logró hundirla justo a tiempo.




-- ¿De verdad crees que te vas a ir y dejarme aquí?. -- preguntó con una sonrisa divertida. Ella se rió.




-- Qué malo eres. -- bromeó.




-- Tú me jalaste del brazo.




-- Y tú me empujaste primero.




-- Qué vengativa.




-- Exacto. -- Emma no paraba de reír. -- Ahora sí, en serio, necesito ir a darme una ducha.




-- Está bien.




Ambos salieron del agua y se secaron con las toallas antes de subir a sus habitaciones. En el camino, Diego la empujaba con el hombro y ella le devolvía el gesto, hasta que llegaron a la puerta del dormitorio de Emma. Cuando estaba a punto de entrar, él la tomó del brazo para decirle algo.




-- Deja tus cosas listas para que nos vayamos, ¿de acuerdo?




-- Perfecto.




Ella entró a su cuarto y él se fue. Luego de bañarse, empacaron sus cosas, y Emma fue a armar las maletas de Isadora. Los dos salieron de las habitaciones al mismo tiempo y bajaron juntos a la sala.




-- ¿Almorzamos?. -- preguntó Amanda en cuanto los vio.




Una vez en la mesa, donde ya estaba servido el almuerzo, Gustavo regresó justo a tiempo y se sentó al lado de Emma. Al terminar, todos fueron a la sala, excepto por Vinicius, que citó a su hijo en su oficina.




-- ¿Cómo va la empresa?




-- Muy bien. Genera cada vez más ganancias. -- informó Diego.




-- Qué bueno. Te visitaremos más adelante, pero no te olvides de nosotros.




-- Sabes que no me olvidó de mis padres, pero no puedo irme de la empresa desatendida.




Una madre por contrato para mi hija [ PAUSADA ]Where stories live. Discover now