Capítulo 10

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Lara abrió la puerta y la abrazó, luego la llevó a lavarse la cara.


-- Amiga, ¿qué paso? ¿Estás bien?


-- Sí, estoy bien.


-- Te incómodo ese tema, ¿no?


-- No quiero seguir jugando.


-- No pasa nada.


-- ¿Estás bien?. -- preguntó Luana cuando volvieron. -- Lo siento, hice esa pregunta porque me pareció divertida.


-- Está bien, solo creo que la bebida me revolvió el estómago. -- dijo con una sonrisa forzada.


-- Bueno, me alegró de que eso fuera todo, lo siento.


-- No te preocupes, de veras.


Los chicos no entendían nada de lo que había pasado y, antes de que alguien dijera algo, Lara tomó la delantera y cambió de tema.


-- ¿Qué tal si nos tiramos a la piscina? Hace calor, vamos a despedirnos de este lugar precioso.


-- Claro que sí, nena. -- la apoyó Caio.


Se quitaron la ropa para quedarse en traje de baño y saltaron al agua. Emma también se sacó los shorts y se zambulló. Una vez adentro, se quedó apoyada en el borde viendo cómo se divertían los demás, pero de pronto escuchó una voz detrás de ella.


-- ¿Estás bien?. -- era Diego.


-- Sí.


-- Entonces, ¿por qué te fuiste así?



-- Solo me sentía mal, creo que no me hizo bien beber



-- No te creo, tu amiga le dijo a Luana que no debió haber preguntado eso, ¿qué fue lo que ocurrió?



-- Nada, es solo que es una pregunta personal y no me gusta compartir tantos detalles. No hace falta que finja que en verdad le importa. -- Emma lo dejó y se fue con Lara. Él se quedó con la sensación de que le estaba mintiendo, pero no sabía por qué. -- Creo que me voy.


-- No, ¿por qué? Quédate un poco más.


-- Mañana tengo un compromiso y tengo que levantarme temprano.


-- Entonces voy a buscar mis cosas y nos vamos juntas.


-- No, quédate, tomaré un taxi.


-- ¡No! Vinimos juntas y me iré contigo.


-- En serio, Lara, es fin de semana. Aprovecha para quedarte con Caio y diviértete.


-- ¿Estás segura?. -- preguntó dudosa.


-- Sí, y luego me cuentas todo. -- dijo entre risas.


-- Dale, cuídate.


-- Gracias por invitarme, me encantó la fiesta, pero ya debo irme. -- le dijo a Caio.


-- Oh, no, quédate un poco más, hay habitaciones aquí.


-- Quizás la próxima vez. -- se rió. -- En serio tengo que irme, pero gracias, fue un placer conocerte.


-- Estás invitada a todas mis fiestas, te esperaré. Y el placer fue mío, cariño.


Emma salió de la piscina y fue a secarse. Mientras tanto, Pedro la siguió.


Una madre por contrato para mi hija [ PAUSADA ]Where stories live. Discover now