Capítulo 13

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Una vez en la habitación, Emma sentó a Isadora en la cama para sacarle los zapatos.


-- ¿Era papá?. -- preguntó la niña, confundida.


-- No, mi amor, era otra persona. Tu papá está abajo comiendo pastel.


La mentira pareció convencerla, pues la pequeña asintió con la cabeza y no dijo más nada. Tras acomodar la frazada, Emma se acostó con ella y empezó a acariciarle el cabello para hacerla dormir, por lo qué Isadora le abrazó la cintura y cerró los ojos. En cuestión de minutos, se quedó dormida; sin embargo, el padre entró a la habitación poco tiempo después.


-- ¿Qué haces aquí?


-- Shh. Tenía sueño, así que vine a acostarla.


Frunciendo el ceño, él pegó media vuelta y se fue. Emma continuó acariciando el cabello de la niña hasta que se aseguró de que no iba a despertarse. En cuánto salió de la habitación, alguien la empujó al cuarto de al lado.


-- ¿Ella me vio?. -- preguntó Diego.


-- ¿Qué?


-- Si Isadora me vio.


-- No, pero tenía sus dudas. Me preguntó si era usted, y le dije que no.


-- Basta de <<usted>>. Ayer no me tratabas así. -- se quejó, desesperado.


-- Porqué ayer no estaba trabajando. -- explicó ella. --. Cuando estoy en el trabajó, soy profesional.


-- Bueno, bueno. -- dijo él sin prestarle mucha atención. Luego de una pausa breve y visto que su jefe no tenía nada más para decirle, Emma decidió ir a su habitación.


-- Adiós. -- pero, cuando estaba a puntó de irse, él la detuvo.


-- Espera.


-- ¿Necesita algo?


-- Ese besó no significó nada. -- espetó.


-- Bueno. No sé por qué me lo dice, pero está bien. -- ella abrió la puerta y se fue.


Él se quedó allí pensando por qué le dijo eso y, de la frustración, terminó golpeando la pared. Caminó de un lado a otro hasta que se calmó y, luego bajó a la sala. Al entrar, vio a Emma bailando con Gustavo; el baile era lento y la mano de su primo estaba apoyada apenas por debajo de la cintura de la chica. A su vez, se notaba que estaban charlando y sonriendo el una al otro. Diego se sirvió un vaso de whisky y lo bebió de un tirón, razón por lo cual Vinicius se acercó para hablarle.


-- ¿Disfrutando de la fiesta, hijo?


-- Sí, padre. Felicidades.


-- Gracias. Me pareció que estabas nervioso, ¿qué te pasa?


-- Nada, papá. Estoy tranquilo. -- respondió a regañadientes.


-- No debería beber tanto. -- comentó su padre. -- ¿Por qué no vas con Emma y la invitas a bailar?


-- ¿De qué hablas?


-- Hijo, te conozco desde que eras un bebé y, además, soy hombre; sé cómo son estas cosas. Noté cómo la mirabas, lo mucho que te molestabas al verla bailar y lo tenso que te ponías cuando tu madre hablaba de presentarle a Gustavo.


-- Estás viendo cosas donde no las hay papá.


-- ¿Ese es el caso o te estás engañando?. -- dudó Vinicius. -- Sabes muy bien que es una mujer hermosa y no lo puedes negar. También es inteligente, simpática y tiene muchas cualidades a favor. Cualquier hombre quedaría encantado solo con su sonrisa.


Una madre por contrato para mi hija [ PAUSADA ]Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin