Siempre en mi vida había tenido lo que deseaba materialmente claro. Porque en si hablando especialmente en lo sentimental me encontraba muy vacía.
Cuando niña podía tener cuantas muñecas deseara y todos los juegos de té que yo pidiera.
En la adolescencia de igual forma pasaba. Mis padres le daban el dinero a Frank el mayordomo y morgana mi pilmama para que me compraran lo que yo mas quisiera. Muchos decían que mis padres me querian demasiado, otros, que me consentían exageradamente. Yo Avalon Bren no creía que mis padres me quisieran tanto, mas bien, creía que lo hacian para saciar su cargo de conciencia por la mayor parte de mi vida, en todos estos quince años no estar disponibles para una hija, su única hija...
Mis padres los honorables y respatados señores Bren podían saber todo del mundo pero de mi no, no había confianza, apenas frank y morgana sabían solo un poco de mi...
