Capítulo 15

7 3 0
                                    

Sebastián​Hablo con mi padre acerca de mi recuperación en Horizonte, sus ojos me ven con admiración y orgullo

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Sebastián

Hablo con mi padre acerca de mi recuperación en Horizonte, sus ojos me ven con admiración y orgullo. Su presencia aquí me hace sentir fuerte y optimista, pero esto es opacado por el olor a lavanda y por la voz de quien lo desprende: Katy. Siento asco al tenerla aquí.

Bonni está sentada en la misma mesa que nosotros, observando la interacción y contestando preguntas técnicas sobre el tratamiento.
Dirijo mi mirada hacia la puerta de entrada del salón en el que nos encontramos porque no puedo creer que Alina decidió no ser parte de este momento crucial en mi vida. No entiendo por qué ella no quiso apoyarme.
Las uñas largas de alguien acarician mi brazo justamente cuando abro la boca para querer hablar con mi padre a solas. Katy y su manicura perfecta hacen que mi estómago quiera devolver el delicioso desayuno que Ramona y Tais prepararon esta mañana.

—Seba, cariño. Recuerda que, aunque tu padre esté trabajando, yo estoy disponible para lo que necesites.
La audacia de esta mujer es tanta que no le importa sugerir algo indecoroso frente su esposo. Saco mi brazo fuera de su alcance y llevo la vista a Bonni, que sigue observando detenidamente.

Bufo a modo de respuesta y la ignoro.

—Papá, necesito hablar contigo en privado —digo, ansioso.

—Hijo, puedes decirme lo que desees frente a Katy, ella es como si fuese tu madre.

La voz ronca de mi padre hace que los órganos en mi cuerpo se estremezcan. No quería hablar frente a ambos porque sé que ella mentirá y hará lo posible por alterar mis palabras, pero no quiero esperar más. Seré honesto.

—Pues... si eso quieren. —Tomo una gran bocanada de aire antes de soltar la verdad—. Katy me ha estado seduciendo desde que tenía diecisiete años. Por cinco años, se metía en mi habitación dos o tres noches de la semana —admito sin titubeos.

Mi padre se queda sentado en la misma posición, como si no hubiese escuchado o comprendido lo que acabé de decir. Su esposa, por el contrario, suelta un grito furioso, como si su mundo fuese a terminar.

Trago saliva y llevo mis ojos a Bonni. Ella rápidamente viene a mi lado, haciéndome entender que lo que importa en este momento es mi relación con mi padre.

—Papá, ¿me escuchaste? —repito.

Él se levanta ferozmente. Sus manos me agarran por el cuello y me empujan con fuerza hasta atraparme contra una pared. Puedo sentir mi tráquea cerrarse, pero mis ojos están puestos en la persona que ha sido todo para mí desde que nací.

—¡Cállate, no digas absolutamente nada más! —grita, confuso.

Katy, con lágrimas de cocodrilo, me desmiente, diciendo que estoy enfermo y que por ello estoy aquí en Horizonte.

Bonni, a varios metros, pide ayuda a los enfermeros para que asistan en la situación. Supongo que no quiere escalar el altercado con el personal de seguridad.

Pronto, pasos rápidos se escuchan venir por el pasillo.

—¿Por qué crees que tenía que beber y usar drogas? —reclamó a ambos con un hilo de voz.

—Cállate... Cállate... —Papá ya no grita, sino que está decepcionado.

Las lágrimas salen de mis ojos sin poderlas disimular.

—Es la verdad, papá. Muchas veces le dije que no...

Sus manos caen al escucharme. Desvía la mirada por un instante y se va de la sala con prisa, sin ver atrás. Katy persigue sus pasos, llamándolo. Finge estar desconsolada.

Bonni intenta calmar mis emociones mientras me pregunta varias veces si estoy bien.

Lo que acaba de suceder era imprescindible. Aunque el rechazo de mi padre duela, la verdad ya fue liberada y estoy seguro de que, algún día, reinará.

Salgo del trance en el que me encontraba y agradezco a Bonni por estar aquí; siento que es la única persona a la que le importo, de alguna manera.

Queriendo encerrarme de inmediato en mi habitación, seco las lágrimas de mi rostro bruscamente. Me pongo de pie y trato de salir de la sala, cuando me encuentro en la puerta con la mujer que le pone sentido a mi vida. Su apariencia me indica que escuchó todo.
Sin pensarlo dos veces, ambos nos abrazamos con fuerza para dejar caer las lágrimas nuevamente. A mis espaldas escucho los pasos de Bonni, alejándose de nosotros.

La pequeña A, entre sollozos, se disculpa una y otra vez por no haber estado a mi lado, dentro de la habitación. Le aseguro que no importa, porque se encontraba cerca. A medida que pasan los minutos, me calmo en los brazos del amor de mi vida. Ella, por el contrario, no para de llorar.

—Todo estará bien. Shhhh..., cálmate, mi amor. Te prometo que todo estará bien —repito esto una y otra vez, convencido de que haber dicho la verdad me hará más fuerte de alguna manera.

Las cosas se acomodarán en su debido tiempo.

—Perdóname... no podía... estar... aquí —susurra Alina como excusa por no haberme acompañado.

Esto no me hiere porque entiendo que debe ser difícil para ella, al haber vivido algo similar con su padrastro.

—Está bien, no te disculpes... tranquila.

Cada persona tiene su propio camino de recuperación y de reconciliación. Yo estoy decidido a pisar el acelerador porque quiero sanar tan pronto como sea posible; estoy comenzando a perdonarme y a mirar hacia el futuro.

En cuanto a Alina... pues no sé. Solo espero que encuentre la fortaleza que necesita.



----------------------

----------------------

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Cuidarte el AlmaWhere stories live. Discover now