Esto es S

309 42 16
                                    

Tadashi revisaba su lista de carreras pendientes. Quedó sorprendido al ver que estaba casi completa. Sus conocimientos en cuanto a retos consistían en más que nada chismes entre competidores; ya que nunca ha existido un registro para competir. Sin embargo, el pelinegro siempre consideró que era una buena opción, dado a que su antiguo jefe, ahora esposo, se podría interesar en alguna.

–Ya deja esa cosa ¿Quieres?– se la quitó Adam –Alguien competirá hoy, estoy seguro. Y si no, yo reto a Kaoru.

–Yo no vuelvo a patinar junto a ti– respondió el pelirrosa de brazos cruzados.

–Entonces con Kojiro– giró los ojos.

–O sea que al fin podré vengarme de lo que le hiciste a mi princesa- sonrió el mencionado.

–Si tu puño se acerca a mi cara aunque sea un centímetro, juro que...

–¡Deténganse!– interrumpió Tadashi –Si van a terminar lastimados, prefiero que ustedes no compitan; como usted dijo, señor, ya habrá alguien que quiera competir– suspiró.

En otra parte del lugar, se encontraba el trío de jóvenes conformado por Reki, Langa y Miya.

La confesión de Miya aún se trataba de algo muy reciente, por lo que su ambiente no era tan cómodo como antes. Sobre todo para Langa. No podía entender cómo es que Reki y Miya podían fingir que nada había pasado ¡Una confesión de amor era algo importante! Un detalle que podría cambiar una amistad por siempre.

En parte admiraba a su mejor amigo, ya que este le había mencionado con anterioridad lo incómodo que se sentía al saber que tendría que ver a Miya. Y podía apostar hasta tres hamburguesas que el niño se sentía igual.

Por su parte, seguía sin entender esa molesta presión en su pecho. Era como si su cerebro le gritara que era un idiota por solo hablar con el chico sobre lo mucho que adoraba a Reki mientras que el menor tenía que guardarselo.

–Ok, me estoy meando– habló el pelirrojo –Iré a orinar detrás de unos arbustos, vuelvo en un rato– rio.

–No seas asqueroso– lo regañó Miya.

Se fue.

El de ojos verdes posó su mirada sobre Langa.

–¿Todo bien?

–Umm, sí ¿Por qué no lo estaría?– mintió

–Estás raro– comentó –Oye, ya declárate ¿Quieres? Es doloroso ver como finges– sacó su teléfono.

–¿Qué?

–Declaratele a Reki, no es tan difícil. Te lo digo por experiencia.

–Miya, lloraste hasta que te quedaste dormido.

–O sea, si, pero fue porque me rechazó– hizo una mueca –A ti no te pasará eso.

–¿Cómo podrías estar tan seguro? A ti te pasó.

–Si, pero por que soy tres años menor que él.

–Yo soy un año mayor.

–Hasegawa ¿Eres o te haces el tonto?

–Como sea– murmuró –Oye, quería disculparme. Supongo que fue duro escucharme hablar tanto de Reki y lo mucho que quería salir con él.

–¿Uh?– arqueó una ceja.

–Quiero decir, siempre te contaba cuando teníamos un momento lindo o "romántico" juntos y...

–Hasegawa, espero no estés insinuando lo que creo que estás insinuando– frunció el ceño.

Más allá del infinitoWhere stories live. Discover now