Hora de Despertar

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Abrió los ojos de mala gana. Había tenido un sueño hermoso. Paseaba con sus padres en la playa, le habían incluso comprado un helado. Se trataba de una fantasía que no tenía hace años; mucho antes de haberse resignado a que su vida como un atleta profesional había arruinado su vida para siempre.

Sintió un bello olor a comida inundar sus fosas nasales.

–Joven Chinen– entró Tadashi a la habitación –Disculpe por molestarlo. Me tomé el atrevimiento de elegir un atuendo para usted, lo dejé sobre el buró– dijo –El señor Sakurayashiki y el señor Nanjo ya salieron a trabajar. Yo me debo retirar en 5 minutos así que el señor Shin... Quiero decir, mi marido lo llevará al colegio– se sonrojó –El desayuno está en la mesa.

Entonces recordó todo del golpe; no había llegado a casa la noche anterior. Había discutido con Reki y preocupado a todo el mundo.

Revisó su celular.

Bueno, no a todo el mundo; sus padres no le habían dejado ni un solo mensaje. Ni siquiera una llamada perdida. Decidió ignorar el grupo donde sus amigos de S se encontraban; seguía bastante apenado por lo sucedido.

Soltó un bufido y fue a prepararse para la escuela.

Desayunó y se encontró con Ainosuke.

–¿Problemas de amor?– preguntó apenas se sentó a su lado.

–¿Cherry y Joe te contaron?– lo miró.

–Chico, hablas con el matador del amor, sé identificar este tipo de cosas– fanfarroneó –Entonces ¿Te peleaste con la hermana de Third Wheel?

Gruñó –No me gusta ella, me gusta él ¿Ok?

–¿¡Qué!?– gritó.

–Eres un experto, Sherlock– giró los ojos –¿Sabes manejar si quiera? Por qué debo estar en las escuelas en media hora– se apresuró a comer.

–He estado aprendiendo– se cruzó de brazos –Desde hace tres días– susurró.

–Iré en tren– se levantó.

–¡Espera!– lo siguió –Le prometí a Tadashi que haría algo– hizo un puchero –Estarás a salvo, te lo prometo. Y si aceptas te compraré un helado ¿Trato?

Se lo pensó unos segundos –Un combo de hamburguesa con malteada y un videojuego.

–Un combo, malteada y un dlc– contraatacó.

–Trato– le tendió la mano.

Adam la estrechó –Bueno, lávate los dientes y apresuremonos. Que si llegas tarde, Kaoru me mata– tragó saliva.

Para sorpresa de ambos, no hubo problemas en el viaje. Al llegar a la escuela, el niño se fue con prisa. Al menos las clases lo ayudarían a distraerse.

Maldecía ese día, por alguna extraña razón le pasó demasiado rápido.

No quería recoger sus cosas. No quería ver a Reki. No quería seguir con su vida a partir de ese momento.

Pero por desgracia no podía desaparecer.

Salió hacia la explanada y miró a los lejos; pero el pelirrojo no apareció. Debía admitir que eso le dolía.

–Cariño– lo llamó Cherry desde su auto.

–¿Qué haces aquí?– preguntó con tristeza.

–Estarás en mi oficina– le sonrió –Allá podrás hacer tu tarea tranquilo.

Subió al auto.

¿Por qué Reki no había llegado? ¿Ya no le agradaba? ¿Lo había arruinado enserio?

Más allá del infinitoWhere stories live. Discover now