Es Solo un Tutú

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Miya tenía una mueca mientras veía el celular de Reki. Llevaba enseñándole fotos de Koyomi durante tres minutos.

–Aquí está después de que la maquillaron ¿No se ve guapa?

–Ugh, no lo sé– lo apartó con un pequeño sonrojo. Jamás admitiría que aquella molestia podría llegar a ser atractiva –Oye, me enseñaste mínimo unas treinta fotos y en ninguna se ve feliz.

–Oh sí- suspiró –Bueno, sabemos que Koyo no está muy fascinada con nada de esto del ballet. Pero mi abuela no dejaba de insistir en que tomara al menos un semestre.

El menor asintió no muy seguro. Entonces recordó la discusión que habían tenido durante aquella cena en Canadá ¿Sería por eso que la chica se desanimó tanto en cuanto Miya mencionó el ballet?

–Gracias por venir– dijo Reki –Koyo no tiene muchos amigos y por eso te aprecia mucho– esbozó una sonrisa –Y perdón por molestarte tanto con que serían linda pareja– rio –Es solo que, si ella llegara a salir con un chico, me gustaría que fuera alguien tan asombroso como ella.

Se sorprendió –¿Crees que soy asombroso?– jugó con un corto cabello detrás de su oreja.

–¡Pero claro que sí! Si yo fuera Koyomi seguro me gustarías– sacudió su cabeza.

Las mejillas del menor tomaron un muy notorio tono carmesí.

–Dios, deberías ver tu cara– soltó una carcajada –¿Qué pasó, Miya? ¿Acaso te gusto?

–¿¡Qué tonterías dices!?

–Solo estoy jugando contigo, relájate- le dio un ligero golpe en el hombro.

Tragó saliva –Reki ¿Y si la respuesta hubiera sido s...

–¡Reki!– interrumpió Langa la escena –Traje las flores que me pediste– le acercó un ramo de girasoles.

–¡Asombroso!– se levantó para ir con él.

Miya soltó un pesado suspiro. Era un hecho, jamás podría competir contra alguien así.

Después de unos minutos, el pelirrojo había desaparecido.

–¿Cómo es que esto pasa siempre?– soltó Miya –Langa, para que sea tu crush, parece que tu mirada se pierde cada cinco segundos.

–¡No puedes culparme!– contestó –Vi a una chica pasar con el pastel de chocolate más apetitoso que he visto en mi vida– su estómago rugió.

–Ugh.

Por varias situaciones como esas, era que a veces Miya le parecía injusto ni siquiera poder entrar en la competencia para salir con Reki. Si fuera por él, jamás lo soltaría. Se esforzaría por tratarlo de la mejor manera posible y estar a su lado el mayor tiempo posible. Langa en varias ocasiones no parecía apreciar ni siquiera su compañía. Aunque de esto no podía estar seguro, ya que el pelirrojo le había pedido que si alguna le era posible dejarlos solos, lo hiciera.

–Tranquilo, Miya– habló Masae –Koyomi se puso nerviosa y Reki fue para darle confianza. Volverá en unos minutos– sonrió.

Pero eso nunca pasó. Dieron tercera llamada y Reki no regresó con ellos.

–¿Estará bien?– mordió Miya su labio.

–Pero claro, es Reki– respondió Langa.

–¿Cómo es que siempre estás tranquilo en estas situaciones?– gruñó.

–Miya– lo miró –Es Reki. Quien cuida tanto a la gente a su alrededor que olvida cuidarse a sí mismo. Si no ha regresado es por que seguramente le prometió a Koyomi que se quedaría en las piernas dándole ánimos a pesar de que quería grabar el espectáculo– murmuró –No entiendo por que estás tan molesto, pero debes relajarte.

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