Parte 10

321 43 27
                                    

Con lentitud dio una profunda calada al cigarrillo que tenía en sus labios, para a continuación dejar que escapase el humo tras un largo suspiro. Tras observar unos instantes como la blanca nubecilla se alzaba y contrarrestaba con el oscuro del cielo, alejándose al ser llevada por la brisa nocturna, contempló el paisaje que se extendía frente a él. Aquella vista siempre le había gustado. Las luces brillantes de la ciudad al fondo, con el puerto en primer plano... De alguna forma le transmitía paz, y le ayudaba a organizar los departamentos de su cerebro cuando sentía que el caos y la desesperación iban a adueñarse de su persona. Un elegante barco que zarpaba en ese momento captó su atención, parecía que se había organizado una gran fiesta a bordo, las luces iluminaban el agua a su paso y las sombras de quienes se hallaban a bordo se movían de un lado a otro por la cubierta. Por su mente pasó la idea de que hacía mucho que no se daba la oportunidad de relajarse y disfrutar un poco de aquellas actividades ociosas que en ocasiones disfrutaban los que tenían dinero.

- "Quizás más adelante pueda llevar a la familia de viaje... Hace tiempo que he querido visitar España..." - se dijo a sí mismo. Una sutil vibración del aire a su espalda hizo que su cuerpo se tensara inconscientemente, y que sus labios se curvaran en una mueca resignada - "Pero eso tendrá que esperar por ahora..."

Volviéndose muy despacio, confirmó lo que ya sabía. Una silenciosa presencia había aparecido detrás de él sin que notara su llegada hasta ese instante.

- Buenas noches... Señor Yusaku Kudo - saludó el recién llegado.

Aquella persona usaba las sombras para ocultarse, de modo que a Yusaku no le era posible distinguir bien los rasgos de su rostro, y el que vistiera ropas negras no ayudaba tampoco. Pero no importaba, sabía quién era sin dudarlo, porque aquello le trajo recuerdos pasados a la memoria. Recuerdos en los que él y otra figura de negro se citaban en aquel mismo lugar. Dio la última calada a su cigarrillo, y lo arrojó al suelo dispuesto a encararle. Curiosamente sentía una calma que no sabía que podía llegar a sentir. ¿Debería estar más preocupado? Posiblemente, pero el tiempo de dudas y de retrasar lo inevitable había expirado. Era el momento de que la verdad se revelase.

- Me alegra que hayas venido, Kaitou Kid. No estaba convencido de que acudieras a la cita.

- ¿Cómo no hacerlo, cuando se me invita de forma tan misteriosa? Sentía curiosidad, lo confieso. Además alguien... alguien me sugirió también que debía escuchar lo que tenía que decirme.

A Yusaku no se le escapó que aunque su voz era calmada (casi como si quisiera proclamar a los 4 vientos que era él quien controlaba la situación y no a la inversa), al decir las últimas palabras había temblado ligeramente. Una tierna sonrisa apareció en sus labios sin poder evitarlo. Al fin y al cabo era aún muy joven, demasiado joven, y ya había tenido que aprender por las malas una de las lecciones más dura de la vida, a superar el dolor por aquellos que se habían ido. Era normal que intentara ocultar sus inseguridades bajo una máscara de falsa seguridad. Además, le habían dejado una peligrosa misión que llevar a cabo, sin explicaciones, sin un punto de partida. Y todo eso lo estaba haciendo completamente sólo y sin ningún apoyo, ajeno a que no muy lejos de allí, alguien muy cercano a él estaba sufriendo casi por el mismo motivo sin saberlo.

- "Quizás nos equivocamos completamente, Toichi. Las cosas no tendrían que haber llegado a este punto para los muchachos..." - pensó Yusaku sin poder evitar una punzada de culpabilidad.

- No quiero ser descortés - le saco Kid de sus pensamientos - Pero mi tiempo es valioso, de modo señor escritor que si me dice lo que era tan importante por lo que debíamos reunirnos...

- Ah, si, disculpa. Veamos, así que a pesar de no tener idea de cuál es el mensaje que se supone voy a decirte, ni cual es mi relación en todo este asunto, has decidido venir aquí tú solo tal y como te mandé. Un tanto temerario por tu parte, ¿no te parece? Podría haber sido una trampa.

Separados Al NacerWhere stories live. Discover now