Parte 5

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Él se tiene por una persona comprensiva. En fin, entiende que siempre hay una razón lógica para hacer las cosas que se hacen, aunque a priori parezca que no. Pero también hay veces en que está convencido que en el mundo simplemente hay pura maldad, y un deseo oscuro y oculto por ver a tus rivales humillados y cubiertos de slime...

Heiji Hattori estaba seguro de que había descubierto ese lado malvado en Kudo. De lo contrario, ¿por qué sino su amigo iba a usarlo de escudo frente al ataque de Kid? El muy bastardo se había dado cuenta de lo que iba a suceder unos segundos antes de que el robot lanzase el primer globo, y se había escondido detrás suyo. dejando que él recibiera todo el impacto. Ya le había escuchado decir alguna vez que él sería quien al final atraparía al mago, pero no pensó que lo considerara una competencia con otros detectives.

Encima, había tenido el descaro de reírse y gritar "¡lo siento Hattori!" antes de salir corriendo tras Kid. Eso no iba a quedar así definitivamente, ya podía prepararse ese mocoso engreído.

Una vez consiguieron librarse de aquella baba pegajosa, el inspector Nakamori se dispuso a buscar a Kid por el edificio. Alguien dio la voz de alarma de que el ladrón había sido visto huyendo hacia la azotea del hotel por las escaleras de servicio y, sin perder tiempo, el inspector reagrupó a algunos de sus hombres y se lanzó en su persecución. Hattori fue tras ellos, no porque esperase dar con Kid, no, éste seguramente ya se habría marchado con la joya. Era porque estaba seguro de que también encontraría allí a Kudo, y el moreno realmente quería darle al menos un coscorrón a su amigo.

Atropellandose los unos a los otros, y queriendo entrar todos a la vez, la brigada de policías anti-robo de la policía de Tokio interrumpió en la azotea, con el inspector Nakamori al frente, llamando a Kid a gritos como era ya costumbre. Hattori movió la cabeza con ironía, y a él le llamaban impetuoso...

De repente, los policías frenaron de golpe su avance, por lo que Heiji que iba pensando en su venganza contra Kudo casi se choca con la espalda del oficial que iba delante suyo. Afortunadamente, sus reflejos obtenidos gracias al duro entrenamiento en Kendo vinieron en su ayuda, consiguiendo detenerse en seco y evitar así el golpe. Iba a protestar y a increpar al joven policía por su torpeza, cuando se percató de que se había hecho el silencio de golpe, y que sólo se oía el ruido lejano de las calles de la ciudad. Aquello le sorprendió, ¿qué había ocurrido para que las voces de los agentes y del propio inspector enmudecieran de esa forma?

Por algún motivo que no supo explicar, la idea de que algo horrible hubiera sucedido en aquella azotea le pasó por la mente. A fuerza de codazos y empujones, consiguió abrirse paso entre las filas de policías, hasta que tuvo vía libre a la azotea, y lo que allí contempló hizo que su boca se abriera de par en par.

Kaitou Kid se hallaba subido en la barandilla de la azotea, y con sus manos sujetaba a Shinichi con fuerza. Al ver a los agentes, el ladrón sonrió ladinamente e inclinó un poco hacia atrás el cuerpo del detective, haciendo que se balanceara en el límite de la barra de forma peligrosa. El inspector Nakamori frunció los labios y retrocedió un paso, captando el mensaje del mago. Si le soltaba, caería al vacío.

Shinichi parpadeó un par de veces, su vista se nublaba cada vez más, haciendo que le costase enfocar bien, pero podía ver que la policía había picado el anzuelo, y que no se atrevía a moverse de su posición. El detective puede que no estuviera en sus 5 sentidos en ese momento, pero sabía positivamente que lo que se proponía Kid, era una auténtica locura. Aún así, era cierto que no tenía muchas más opciones en ese momento, de modo que cuando el mago le había explicado en pocas palabras cuál era su plan, mientras ataba un cable alrededor de sus cinturas, conectándolos a ambos, se dejó hacer sin oponer resistencia.

Separados Al NacerWhere stories live. Discover now