36. El Legado del Cuervo.

Start from the beginning
                                    

Alejé la imagen de Lysander y la voz profunda con todas sus promesas, recordando que él estaría en ese momento despertando junto a su esposa, y yo me encontraba pronta a desposar a su hermano.

El carruaje me esperaba en la entrada lateral del palacio, un monstruo negro con las ornamentaciones típicas de la familia real, el emblema de los Sinester, el temible dragón negro, reluciendo en ambas puertas

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

El carruaje me esperaba en la entrada lateral del palacio, un monstruo negro con las ornamentaciones típicas de la familia real, el emblema de los Sinester, el temible dragón negro, reluciendo en ambas puertas.
Acepté la ayuda del cochero, y agradecí el cálido interior de terciopelo y la comodidad de los sillones de cuero azabache.

Raelar Sinester vestía mi mismo uniforme, llevando el color como el resto de los soldados y su capitán, como si fuera un rasgo de personalidad.

──¿Dónde iremos?

──No te impacientes.

Luego de eso no volvió a hablarme en un buen tramo del viaje, no dejé entrever la manera en que la ansiedad me carcomía, de una manera que rozaba lo calcinante cuando nos vi adentrarnos en un sector de la ciudad que no conocía.

──Tengo labores como doncella de Feryal.

──Dejaras de ser doncella cuando nos casemos ──dijo sin retirar la vista de la ventanilla.

──Necesito seguir con los preparativos de la boda ──mentí.

──Me encargaré de que tengas a los mejores asesores, a no ser que tal vez necesites que nuestro querido rey te ayude a colocarte el vestido ──Solo entonces clavó sus ojos en los míos──. O quizás solo se le da bien desvestirte.

No me intimidé ante sus ojos negros.

──¿Quieres que te lo niegue? ¿Que no es él al que deseo? ──lo desafié──. ¿Que no es Lysander el único Sinester ante el cual me arrodillaría? Y no precisamente porque sea un rey.

La ira ardió mientras quemaba su orgullo, creí que había ganado hasta que curvó una sonrisa serena.

──Bastó un susurro para doblegar a Lysander, y bastará otro para deshacer este matrimonio ──me planté firme.

──Y sin embargo henos aquí.

──¿Qué es lo que buscas conmigo?

──Lo descubrirás, este viaje será esclarecedor ──apuntó──. Así lo planeo, Astra, acabamos de forma una alianza, lo sabes. De cualquier forma lo entenderás al llegar a destino, te vendrá bien algo de distancia del palacio, no sería bueno que alguien notara la forma en que te mira nuestro rey.

Evité traslucir cualquier signo de emoción.

──Soy muy paciente, Astra, y seguiré con esta pantomima por el bien de Valtaria, no lo dejaré peligrar por un amorío de mi hermano, ¿serán ustedes capaces?

La serenidad en sus palabras me heló más que la amenaza.

──Eres demasiado joven para entender lo que está en juego ──Descorrió mejor la cortina a su lado, un prado de nieve y árboles de copas escarchadas cuando cruzamos un parque espolvoreado con lápidas──. ¿Conoces el corazón de Morrigan?

Sonata Siniestra©Where stories live. Discover now