Sonata Siniestra©

41. Lo que Querían los Demonios

XLI:
Lo que querían los Demonios.

❝El deseo nunca es amigo del deber❞.

LYSANDER

El odio surge siempre hacia aquello que desconoces, que no comprendes y por lo tanto no eres capaz de albergarlos con la empatía de los iguales.

De ahí el trato deshumanizante que habían recibido los Raguen por siglos, reduciéndose a nada más que demonios, nada más que seres que no alcanzaban el estatus de persona que poseía cualquier miembro de sociedad.

Y eran esos discursos de odio y despersonalización que corrían en círculos interminables de violencia, perpetuando valores que debían ser eliminados.

Si dejaba que ese manifiesto se propagara, solo me convertiría en el demonio de otra nación.

Por lo tanto, no podía dar rienda suelta a los arranques de ira de Eskandar, no podía dejarlos redirigir ese rencor que siempre se había reservado a nosotros para nadie más.

Mi deber era entender a Kaeser, encontrar el punto de partida que nos marcaría como iguales.

Para empezar, había enviado espías para descubrir la forma exacta en la que se impartían sus leyes y cómo se distribuía su gobernación, que eran a quienes en realidad debíamos enfrentar.

Hablar de un ataque o las intenciones de Kaeser era demasiado abarcativo, poco preciso y general, cuando solo me estaba enfrentando a una parte del poder concentrado en una oligarquía.

Probablemente, ellos podrían decir lo mismo de Valtaria.

──El Primer Senado está conformado por Raguen, seis por cada siete Dioses y un séptimo permitido en concordancia con la Primera Protectora.

──¿Sigue Kurban en el cargo?

Lectar asintió a mi pregunta, los demás presentes en la sala volvieron a mí, ojos inquisidores en busca de más información.