Epílogo ✓

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4 años después.

Estoy en él hotel más famoso de todo Nueva York, me adentro encontrándome una hermosa recepción. Mis tacones resuenan en toda la recepción, por causas qué son pasada de las dos de la mañana. Voy hacía la chica que atiende.

—¿Buenas noches, la podemos ayudar?.—Pregunta la rubia, yo le doy una sonrisa. Qué la hacé ruborizar.

Mmmm.

—Si, necesito la llave de la habitación 309.—Pongo mis codos en la mesa.

—No podemos hacer eso señorita.—Dice ella.

—Es qué la persona qué me está esperando ahí, es mi marido.—Muerdo mí labio, haciendo qué la chica dirige la vista a ellos.—¿Y no quieres qué se enojé cierto?.—La rubia niega.

—Ya sé la doy señorita.—Le doy una sonrisa.

Mientras qué ella está llenando no sé qué, me dispongo a acomodarme el abrigo qué me llega hasta las rodillas.

—Tome señorita Halmiton.—Me dice.

—Gracias cariño.—Le guiñó el ojo y me dispongo a ir al ascensor.

Llegó al ascensor, y prisiono el botón pará que bajé rápido. Las puertas del ascensor se abre y entro, está sólo.

Mi cabello negro qué llega hasta mi mandíbula, hacé constraste con mis ojos azules. Las puertas se abren en él piso qué solicité, salgo.

Veo los números de las habitaciones, hasta encontrarme la habitación 309. Tocó con una melodía, y está se abre. Mostrándo al hombre rubio, qué sus ojos grises me miran sin disimuló mi cuerpo.

—Passaggio.<<Pasá>>.—Me indica en italiano, él se aparta y yo entro.

La habitación está a oscuras, la puerta se cierra, y yo me muerdo el labio inferior. Él rubio desliza sus manos sobre mi cuerpo, viendo si tengo un arma. No la encuentra, su respiración está en mi cuello.

—Spogliati davanti al mio angelo.<<Desnúdate ante mí ángel>>.—Tomo las tiras de mi abrigo, y las estiró haciendo qué el abrigo se abra un poco.

La respiración del rubio es un asco, bajo el abrigo quedando en una lencería roja qué hace constraste con mi piel pálida, rozo mi trasero con la erección.

Voy hacía la cama y me siento, viendo cómo el rubio se quita la camisa, abro mis piernas. Y esté se abalanza en mí, besándome, yo le devuelvo el besó. Con mi mano, presionó la erección en mis manos. Haciendo qué suelte un gruñido, rápidamente giró quedando yo encima de él, y él abajo de mí.

—¿Vuoi vedere come un angelo ti porta in paradiso?<<Quieres ver cómo un ángel te lleva al cielo>>.—Digo en un susurró en su oído.

Me restregó sobre él.

—Parla<<Hablá>>.—Digo. El asiente.

Me levanto haciendo qué el me miré mal, antes qué hablé le indicó qué voy a buscar algo en el baño.

Entró al baño meniando mis caderas, hasta cerrar la puerta detrás de mí. Pobre idiota, no revisó mis botas. Me quitó las botas y las navajas salen a la vista.

Qué comience el juego.

****

Respiró ondo, antes de comenzar a quitarme la peluca negra. Dejando ver mi cabello rojizo a la vista, me quitó los pupilentes azules. Para ver mi color de ojos naturales, sonrió para mí misma. Volteó para ver el cuerpo del rubio sin vida, qué está en la cama muerto.

Enamorada de mi vecino [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora