Capítulo 24√

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JESSICA

Esto será una mierda, Adam socio del maldito Boss.

La que me parió.

Cómo puede ser posible, estoy en shock y la cara que tiene el maldito, intentó de general, me provoca joderlo aquí.

—¿Quien es?—Pregunto como si no lo conociera.

—¿No lo conoces?—inquiere viéndome con una pizca de diversión.—Ve la siguiente foto.—Hago lo que me dice.

—Seras maldito.—son dos fotos, dónde estoy con Adam una hablando en el parque, y otra en el bar que fuimos.

—Soprendida, ¿sabías que tu querido vecino es socio del rey de la mafia?—inquiere buscando un café.

—Si lo supiera, no estaría vivo—mumurro.

—No tienes nada con el o ¿si?.—Dice mirándome fijamente.

—Si dices que si me e acostado con el no, y no tengo una relación sentimental.—digo con mi tono neutro.

Cómo puede ser que un millonario como el sea socio del Boss.

AAAAAAA

Claro de dónde sacas sus millones.

¿Por qué carajos ando pensando en millones?

—¿Que tanto piensas Ángel?.

—¿Como sabes que voy a aceptar?—le pregunto dándole la carpeta.

—Eres muy buena actuando que no te interesa.

—No me interesa.—miento.

—No me mientas.

—Que pasa si sale todo mal.—inquiero lo menos predecible.

—Tu—me apunta a mi.—Eres un puto ángel de la muerte, seduces a tus víctimas, ellas caen bajo tus encantos la manipulas. Y sin contar que eres la muerte en persona—respira.—no creo que fracasés.

—Por qué tan  confiado, que pasa si los traicionos.—ya estoy harta de estas cuatro paredes.

—¿Vas a traicionarnos?.

—No.—no me entrenaron para traicionar.

—Tenemos un trató.—me extiende la mano.

Dudó en aceptar, cazar al Boss podría llevarme a la muerte. Es un rey no creó que se deje matar muy fácil que digamos.

Y al otro lado está Adam, el es socio y el punto clave para llevarme a dónde está el Boss. ¿Pero será peligro?. Por algo será socio del Boss.

¿Quiero cazarlos?

Si.

Aunque eso se signifique que ponga mi cabeza en una bandeja de plata.

Soy un peligro lo tengo claro. A mí poca edad e visto y e echo cosas que cualquiera diría que es turbio. Tengo mucha sangre en mis manos, y enemigos.

Tener al Boss a mis pies sería un privilegio.

—Acepto.—entrelazo mi mano con la de él, pero lo atraigo hacia mi.—Pero si me enteró que me traicionan ustedes, no dudo en matarlos.—le susurró al oído, haciendo que se le ponga la piel de gallina.—Por que como tú dijiste no quieres desatar a la muerte, porqué de ese juego   no sales vivo.—lo suelto.

—Tendras una tropa de los mejores soldados bajo tu poder, armas y todo.—me mirá y sus ojos conectan con los míos.—Pero hay una cosa más.

—¿Qué?—Yo ya decía que querían algo a cambió.

Enamorada de mi vecino [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora