26 de septiembre de 2022.

16 8 0
                                    

* ¿Cómo he... *

- ¡Venga! ¡Vamos! –

Agonizaba de dolor tratando de hacer un último esfuerzo. No escuchaba muy bien, tampoco entendía lo que estaba pasando.

Mi vista era pésima, algo brillaba frente a mí, pero no era capaz de distinguirlo.

- ¡Duele! ¡Joder! –

Me quejaba entre alaridos y llantos.

- ¡Vamos! ¡Tengo que aguantar! ... -

Me esforzaba por aguantar aquel dolor insoportable.

- ¡No puedo! ¡Creo que no lo voy a lograr! ¡Joder! Mi cuerpo. No puedo... Soy un idiota. –

Exhausto, me vi obligado a levantar la vista en busca del máximo oxígeno posible. El cielo era violeta, las nubes doradas. El ocaso estaba cerca.

Mis oídos pitaban de vez en cuando y mi corazón se retorcía por todas partes, latía con una fuerza sobrenatural y a ráfagas arrítmicas. Jadeaba.

* Creo que me está dando un infarto. *

Conforme recuperaba el oxígeno, mi mareada visión iba enfocando de nuevo. Poco a poco pude ver con más claridad la escena.

- Tengo que hacerlo... ¡Otra vez! –

Escupí sangre.

- ¡Debo hacerlo, aunque me cueste la vida! –

Miré al frente de nuevo. Usé mi brazo robótico para apuntar en la dirección del objeto brillante. Estaba arrodillado, o, más bien, apoyándome moribundo entre la tierra y las piedras.

Tras parpadear seguidamente y humedecer mis ojos, pude ver que estaba apuntando a un hombre de fuego.

* Pero. *

No era ningún hombre. Era gigante y aterrador, de ojos brillantes y hombros anchos.

Este arrasaba todo a su paso con su espada, la aldea frente a él sucumbía al fuego y a la destrucción con impotencia. Casas calcinadas y gente carbonizada o desintegrada entre los escombros de las calles.

El gigante era colosal y candente. Su cuerpo parecía hecho de magma y tenía una larga barba de piedra, además de una imponente corona, creada a base de murallas derruidas.

* Algo no está bien. *

Miré de nuevo mi brazo. Éste era metálico y de él sobresalían unas extrañas protuberancias por las cuales, ese poder que había visto en la chica circulaba a gran caudal y velocidad. Un extraño polvo empezaba también a acumularse en algunas zonas del metal.

* Mi mano. Mi brazo. *

- ¡Tengo que acabar con esto! ¡Lo haré por todos! ¡Por un mundo en el que puedan sonreír cuando salga el Sol mañana! ¡Pase lo que pase! ¡No puede pasar de aquí! –

No reconocí la voz. Había demasiado ruido y caos alrededor.

* Este no soy yo. Estos no son mis recuerdos. ¿Es un sueño? Parece muy real para serlo. *

Gritaba de dolor mientras concentraba toda la energía posible para un último ataque.

- ¡No te duermas! ¡Espabila! ¡Aguanta un poco más! –

* No hay duda, parece que estoy siendo espectador de la vida de otra persona. *

Era extraño, pero cierto. Yo no podía influir en ninguna acción de lo que estaba sucediendo, ni tampoco sentir el dolor por el que esa persona parecía estar pasando.

Densetsu ni narou: Seoul Nights Vol.1 & 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora