¿Se han preguntado que habría pasado si.. Chess le hubiese dado el disco correcto a Sebastián? Una realidad alterna, donde lo que conocemos, no pasó no como esperas. Temas muy delicados, historias turbulentas, finales agridulces, sumérgete con nosot...
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Un aire fresco circulaba por las calles en compensación al sol tan ardiente del medio día, era domingo, y la familia sabía lo que eso implicaba.
En un salón de juegos privado, el mayordomo de los Shvagenbagen ordenaba las sillas de madera con textura marmolada y acolchadas con tela de rubí. La mesa de póker era amplía, al igual que la sala, ambientada dentro de 4 paredes de color rojo vino, haciendo un resalte en los juegos de azar. Las luces dentro de cubos colgaban en todos los espacios, existían dos ventanas, una que daba vista al jardín, otra que daba vista al pasillo.
El mayordomo ponía las cajas de cartas sobre la mesa junto a las fichas. Escuchando pasos, decide avanzar a la puerta para abrirla, dejando pasar a la pareja Shvagenbagen, seguidos por los herederos.
— Muchas gracias Taylor. Puedes retirarte. — acto seguido, la familia se acerca a sus respectivas sillas; a distancias prudentes.
En un momento, la pareja de adultos decidió barajar las cartas, mientras ambos hacían combinaciones, Victoria decidió explicar las reglas.
— Bueno mi estimada y joven descendencia ahora les voy explicar como se juega. Como saben, el juego de póker es muy controversial por las diferentes manos y combinaciones que pueden sacar, es un juego de azar sin duda — mencionaba moviendo las cartas de una mano a la otra.
— ¿No somos muy "pequeños" para jugar esto, madre? — dice el hijo mayor del matrimonio.
— Lo son para apostar e ingresar a un casino real, en cambio los juegos de cartas ayudan al desarrollo del pensamiento estratégico y la agudeza mental.— contestó el patriarca de la familia.
— Considero que, por lo menos yo, ya tengo esas habilidades, a Ludwig por otro lado quizá le servirá — dijo el rubio en un tono ligeramente burlón.
— Siempre tan preocupado por los demás Johann — contesta con un poco de sarcasmo el joven pelirrojo.
— A ti te servirá como un ejercicio mental Johann, es bueno que de vez en cuando tengas ciertos retos para estimular tu mente.
— Si tu lo dices padre.
— Como decía, antes de ser interrumpida, este juego se llama poker Texas Hold'em, o "Hold'em" — prosigue la pelirroja. — Aquí las manos se forman combinando 5 cartas pero cada jugador recibe sólo dos, tras una ronda de apuestas los jugadores verán las tres primeras cartas comunitarias sobre la mesa. Todos los jugadores que participan en la mano utilizan estas cartas comunitarias junto con las suyas para ligar la mejor mano posible de cinco cartas.
— Padre, lamento interrumpir, repartiste unas cartas extra de este lado — mencionó Johann, desviando la mirada al asiento que se encontraba cerca de él.
— Eso es porque tendremos un invitado.
— Hablando de él ¿Dónde está?— preguntó algo frustrada la pelirroja, odiaba la impuntualidad. Su esposo entonces respiro profundo, aceptando que posiblemente, el conocido no vendría.
