Capítulo 1

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When the night was full of terrors
And your eyes were filled with tears
When you had not touched me yet
Oh, take me back to the night we met

-Lord Huron

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—Joder...—Me quejo después de fallar por décima vez en atarme los dichosos cordones.

Cuando estoy nervioso me tiemblan tanto las manos que parece que en cualquier momento van a tomar vida propia y van a salir huyendo de mi propio cuerpo.

Finalmente, decido ocultar mis cordones por dentro de las Converse, no estoy de humor como para volver a fallar otra vez.

Me miro al espejo una vez más antes de salir de mi cuarto. Dibujado sobre el cristal veo a un chico bajito, con el pelo marrón, ni muy oscuro ni muy claro y unos ojos verdosos que me miran de arriba a abajo. Mi piel se ve demasiado blanca, si no fuera por mis mejillas que siempre se ven rojizas, podrían hasta confundirme con un muerto viviente. Algunos días, cuando me miro me doy cuenta de lo delgado que estoy, pero hoy no es uno de esos días... Los ojos se me llenan de lágrimas, sin embargo, lucho contra ellas para que no salgan de ahí, tengo prisa como para permitirme estar de bajón ahora mismo.

Hoy es un día relativamente importante, muy, muy relativamente. Un día importante puede ser desde el inicio de una guerra histórica hasta el cumpleaños de una persona que no le importa a prácticamente nadie, por eso es relativo, por ejemplo para mi hoy es un día importante debido a que los estudiantes que han pasado fuera el verano vuelven por fin a la residencia.

Algunos alumnos y yo hemos pasado aquí el verano entero, pero hoy después de tanto aburrimiento todos vuelven a reincorporarse. En general es una idea que no me entusiasma en exceso, tampoco es que me lleve muy allá con mis compañeros, lo que de veras hace que este día me haga feliz es el hecho de que Ashton por fin vaya a volver. Él es mi mejor amigo desde que tengo uso de memoria, y aunque nos hemos mantenido en contacto a través de Internet tengo ya ganas de poder verle en persona luego de tantas semanas sin hacerlo. También siento que hemos estado algo distantes últimamente, pero estoy seguro de que vernos de nuevo cambiara esto.

Además, estoy algo nervioso, hoy me asignarán un compañero de habitación nuevo, de un curso superior. Al último lo expulsaron durante algunos meses por algunas cosas que pasaron el curso pasado. Ni el pasado curso ni el anterior fueron fáciles para mi, solo espero que este sea feliz, o al menos tranquilo.

Cuando por fin llego a la sala común de la residencia después de recorrer sus muchos pasillos repletos de habitaciones, advierto como ya está lleno de estudiantes que vuelven a su segunda casa. Como no veo a Ashton por ningún lado decido salir a esperarle a la gran puerta de la residencia.

Está lloviendo, no es más que un fino manto de agua, pero el ambiente se siente frío y húmedo, dejando muy claro que el final del verano ya está aquí. El frío ambiente inglés ya está empezando a hacer de las suyas.

No tengo que esperar más de cinco minutos hasta que veo un coche que reconozco al instante parando cerca del edificio principal. Cuando veo a Ashton bajarse del vehículo no me importan ni la lluvia que cae sobre mis hombros ni el barro del que se manchan mis zapatos, salgo corriendo hacia él. Le abrazo con tal velocidad que tiene que sujetarme en brazos para que no caigamos hacia atrás.

—Yo también me alegro de verte, Egan.—Me dice al oído entre risas.

—Te he echado de menos, imbécil.—Le digo entre cariñosa e irónicamente. Estoy tan feliz que cuando nuestro abrazo se deshace tengo los ojos llenos de lágrimas. Soy un llorica.

Si las estrellas fueran eternas #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora