CAPITULO 18/ Cuando todo acaba, no queda nada

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Darius

Tal vez si hubiéramos sido más claros en lo importante que era que Kate se salvara y lo determinante de esta batalla el hada no hubiera sido tan estúpida de creerse una mártir y darse por vencida.

Realmente no me importaban las motivaciones que tuviera, o si solo fue que se rindió-chasqueé los dientes con rabia- por culpa de ella la luz de mi alma yacía inmóvil en el suelo, solo me importaba que nadie la tocara, Buer intentó ayudarla, pero la herida de Damian había sido terrible pero seguía viva, esa, la más pequeña esperanza era lo que me mantenía a su lado, protegiéndola ferozmente.

En mi forma de felimware era más letal y era fácil partir cráneos entre mis dientes, mi lomo se crispaba cada vez que alguien se acercaba, debía concretarme para no atacar a uno de los nuestros.

La reina Mab y rey Fremont aún estaban en el suelo, uno sosteniendo al otro mientras que con las pocas energías que les quedaban, trataban de aliviar a sus aliados.

Volví a mi forma humana y tomé a Dominic en mis brazos y con la otra tomé la espada, debía alejarla del centro de la batalla, no podía protegerla de todos los flancos.

-No puedes morir - le susurre al oído, pensando que ni siquiera la había marcado como mi compañera porque quería respetar su decisión, aunque nuestros destinos ya habían sido sellados hacía muchos siglos.

- Escarlet, donde demonios estas? – me pregunté abriéndome paso en la batalla, ella prometió estar aquí cuando todo estallara, a leguas se notaba que Marlock estaba ayudando a Adas Assur a canalizar su poder e incluso a protegerlo, no había otra explicación para el hecho que no lo pude dañar ni una vez.

Puse con cuidado el cuerpo de Dominic escondida entre una formación de rocas, estaba tan concentrado en ponerla a salvo que no me di cuenta que Rose y Zoran me seguían con los monarcas en brazos.

- Yo la protegeré – me aseguro la reina acariciando el pelo de la hechicera. – deben detenerlo o será muy tarde

Si es que ya no lo es. Zoran, Rose - los urgí - deben de ayudarme a concentrar el ataque a Adas Assur, si no rompemos el hechizo que lo protege, no habrá mucho que podamos recoger

Los Versyk me vieron con determinación, en sus ojos se podía ver las ansias de venganza.

Adas Assur levantó sus manos y con una voz poderosa comenzó a lanzar algún tipo de conjuro, no puse atención hasta que múltiples portales se abrieron a nuestro alrededor, no solo al infierno, sino al mundo mortal, donde los ignorantes humanos peligraban.

Rose

Cuando pensé que ya no podía estar peor, Adas Assur abrió portarles del que salían enormes demonios guerreros, todo un ejército se podía ver al otro lado de los agujeros

Muchos otros salieron de esta dimensión y entraron al mundo mortal aterrorizando y asesinando a los que se cruzaran en su camino. Esto es lo que Adas Assur siempre había querido, gobernar el infierno y la tierra.

Presioné mis dientes hasta escucharlos crujir intentando separarme de mi cuerpo, pero esto era casi imposible porque la batalla ya estaba pasando.

Tome mi látigo y con fuerza le arranque la cabeza a un sin alma que me atacaba y con su cuerpo aun moviéndose lo lance a un demonio como distracción para poder asesinarlo.

Zoran luchaba a mi lado, hombro con hombro, si debíamos morir lo haríamos juntos, y unidos partiríamos de esta tierra.

Los gritos de humanos aterrorizados, se mezclaban con los sonidos de la batalla, la tierra estaba tan saturada en sangre que era fácil hundirse en el lodo. Jamás, ni siquiera en las puertas del infierno me imaginé una carnicería como esta.

EN LAS ALAS DE LA MUERTE, Libro 2Onde histórias criam vida. Descubra agora