—Enana... hola, ¿me escuchas? ¿Sabes quién soy? ¿Cómo me llamo?

Abro los ojos y observo a Trevor mirándome preocupado.

—Cállate robadulces—Hago una mueca de dolor mientras me llevo mis manos a la cabeza.

—Hola enana, ¿anoche pudiste ver algo?

James me ayuda a inclinarme en mi cama mientras le miro confundida.
¿Anoche? ¿He dormido?

—Te desmayaste por el golpe que te dió ese tipo en la cabeza pero tranquila, Hades lo atrapó. Alguien bloqueó las puertas y no podíamos abrirlas. Por suerte Hades destrozó la suya y yo la otra—El tío Brad comienza a explicarme mientras observo a Hades apoyado en su puerta destrozada y sus manos vendadas.

—Recupérate, pero después de que lo hagas, entrenarás duro. Quiero que aprendas a luchar y a defenderte como nosotros, ya has visto lo que pasa.

El tío Brad habla por última vez y se marcha. Bueno no sin antes regañarme más.

—Por cierto, la caja llena de dulces está confiscada. Cualquier dulce que te vea, más horas de entrenamiento. Y como castigo te entrenará Hades—mira a Hades y le advierte.—Ya lo sabes, no te pases.

Este es mi fin.

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—¡NO TE VEO SUDAR!

—¡YA VOY IDIOTA!

Parece mentira que lleve un mes entrenando con Hades. Siempre se me hace eterno. Sólo me deja descansar cuando alguna rubia plástica le llama para hacer algún plan.

—¿Qué has dicho?—Hades se acerca de mal humor a centímetros de mi cara.

Siempre intenta intimidarme, pero ya no lo consigue.

—Nada, que te vayas ya a tu cita llegas tarde—sonrío con falsedad y se va.

En cuanto se va, me dirijo corriendo a mi habitación para prepararme. Nicolay me esperaba para irnos al cine.
Durante este tiempo he hecho muy buena amistad con los Ivanov.
Me enteré que Jasha y Danielle estaban enamorados y por eso Hades le odia a su manera. Según Jasha, Hades estaba celoso por haberle robado el corazón a su prima.

—Venga enana que llegamos tarde.

-Ha sido culpa de Hades, pero por suerte se a ido con una rubia de bote y...—Nicolay no me deja terminar y me voltea para ver a Hades frente a mis ojos.

—¿A dónde crees que vas? ¿Los dos?—Hades aprieta la mandíbula y nos mira con odio.

—No es asunto tuyo, venga que llegaremos tarde Nicolay—finalizo la conversación arrastrando a Nicolay a fuera de la casa, pero Hades le susurra algo a Nicolay que apenas puedo escuchar y ruedo los ojos.

De camino, conducía yo. Al tener el carnet de conducir, me han estado enseñando varias técnicas para pasar límites de velocidad sin tener ningún accidente.

—¡Mira Nicolay! ¡Vamos a volar!—comienzo a gritar eufórica.

Pasan los segundos y no escucho nada.

—¿Nicolay?—volteo por un segundo mi cabeza y la imágen que ven mis ojos es bastante graciosa.

Nicolay estaba encogido en su asiento mientras se agarraba a todo literalmente y con los ojos cerrados mientras rezaba en su idioma.
Comienzo a reír y este me regaña.

—¡Me quiero bajar! ¡Maldita loca! ¡No te pienso dejar más mi coche!¿Quién demonos te ha examinado?¡Eres peor que Hades!

Menudo halago. Mejor me ahorro en decirle que suspendí el examen de conducir tres veces.

Verdades Ocultas (EDITANDO)Where stories live. Discover now