Capítulo 1

301 25 6
                                    

Verdad Oculta: Siempre hago locuras (estoy loca) hago reír a la gente y se me da muy bien socializar.

Intento moverme, pero mi cuerpo parece ser muy pesado y no tiene intención de colaborar. Hago una mueca de dolor quejándome por el dolor de cabeza e intento abrir los ojos como puedo.

—Cállate, la niña ha despertado, hablaremos luego—Observo a los dos chicos y uno de ellos se acerca a mí mientras me mira preocupado.

—¿Estás bien?

Me inclino y me siento en el suelo haciendo una mueca de dolor.
¿Qué ha pasado? Estoy tan confundida ahora mismo... a parte, mi dolor de cabeza aumenta hasta que recuerdo todo lo que me acaba de pasar.

¡Mierda! Me han dormido.

No es un sueño.

Los observo extraña ya que creo que són los mismos de antes, tienen las mismas voces. La única diferencia es que ahora sí les puedo ver la cara.
El chico que se ha acercado a mí parece ser un poco más amable, aun que el otro está muy serio y sus ojos...
Esos ojos grises...

—Tú... ¡tú me has dormido!—comienzo a ponerme histérica e intentar levantarme para huir, pero mis piernas tiemblan al estar tan debilitadas. No puedo dar ni un paso, intento hacerlo y caigo sentada en el suelo otra vez.

Con qué me habrán dormido para dejarme así de débil...

Gruño irritada y no me queda de otra estar quieta. Observo el sitio por un instante. Éste sitio es una casa muy pequeña. Una pequeña cocina, y dos pequeñas camas al lado, muchos armarios...

No entiendo este sitio.

Miro hacia un lado, veo un volante y me confirmo a mí misma.
Estoy en una autocaravana.

El chico que me durmió se acerca a mí más enfadado, me sujeta del brazo con fuerza y me habla intentando intimidarme.

—Y pienso volver a dormirte con cloroformo como no cierres esa maldita boca—me amenaza.

Trago saliba duramente y asiento con miedo.
Lo ha conseguido, me ha intimidado.

Cabrón.

Seguido de eso, el otro chico coge unas esposas y me esposa una mano junto a una barra de hierro.

—Lo siento, pero no nos dejas otra opción. Todavía no sé que haremos contigo y mientras estés aquí estarás atada.

—¿P...p..pasaré la noche aquí?—tartamudeo de los nervios.

El chico de los ojos grises me mira burlón, se acerca hasta agacharse y ponerse a mi altura sentado.

—¿La noche?—ríe burlón. —Te quedarás con nosotros hasta que queramos, ahora nos perteneces. Ya te lo dije y te lo volveré  a recordar cuando tú quieras...tendrías que haberte ido con esos policías, tuviste tu oportunidad.

Intento ocultar mi miedo y le contesto desafiante.

—No te tengo miedo—mientras le contesto, él observa que tiemblo sin darme cuenta y vuelve a reírse.

—¿A no? Pues deberías de tenerlo. Y no...—contesta hasta que el otro chico lo interrumpe y finaliza de hablar.

—Hades, ya es suficiente—Le regaña.

Hades. ¿El chico de los ojos grises se llama Hades?Al menos me se su nombre.

Admito que Hades es bastaste atractivo, pero su carácter hace que todo lo estropee todo.

Verdades Ocultas (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora