Capítulo 14: El invitado

85 12 1
                                    

—Elsa, lo que tienen que hacer es hablar y dejar las cosas en claro —dice y pongo una mueca. Me molesta que siempre sepa qué hacer— Estoy segura de que también le gustas.

Asiento con la cabeza, procesando lo que dice Punzie. Sigo escuchándola, pero cada palabra que dice, la escucho lejana.

Siento que me llegan las arcadas a la garganta. Náuseas. Ganas de...

Oh no. No otra vez.

Me levanto corriendo al baño, cubriendo mi boca con las manos. Me inclino frente al retrete y expulso todo el vomito que estaba conteniendo.

Siento que termino cuando deja de salir aquello por mi boca. Me levanto y salgo del baño, avergonzada por la situación. Punzie me mira preocupada desde mi cama.

—¿Estas bien? —pregunta.

—Vomité un poco, pero...

—¿Otra vez? —pone mala cara— Elsa, esto es serio. Llevas una semana vomitando varias veces al día y el doctor ha dicho que no estabas enferma del estómago.

Eso es verdad.

A lo largo de esta semana, he estado vomitando mucho. Después de comer, en los recesos, antes de acostarme, entre otras situaciones. No quise preocupar a mi papá, así que le dije a Punzie que me acompañara al doctor. Me dijo que no estaba enferma del estómago, y que no tenía por qué preocuparme.

A pesar de eso, he seguido vomitando sin razón alguna, y Punzie ha sido testigo de ello.

—¿Elsa...? —habla Punzie, como si temiera a que le corte el cuello por haber hablado.

—¿Qué?

—Por favor dime que la noche en la que Jack y tú se acostaron, usaron protección...

Y fue en ese momento, en el que supe que quería morir. Intento hacer memoria, pero no lo consigo.

—No... no recuerdo... —balbuceo como idiota.

—Elsa, tienes que hablar de esto con Jack. Es muy importante.

—No puedo. Además, seguro está muy ocupado hablando y soportando las risitas de esa chica. —intento no sonar molesta, pero me enfoco en lo que me verdad importa. —¿Crees que podría estar... embarazada?

—No lo sé, Elsa —dice— Tienes que hacerte la prueba de embarazo.

Siento que se me va a salir un pedo ante la mención de aquella palabra.

***

—Mami, ¿ya vamos a cenar? —pregunta Hannah, regresando a la cocina por quinta vez en la noche.

—Si, nena —Kira le acaricia la mejilla derecha— Siéntate.

Cambio los canales de la televisión de la sala, con los pies recostados encima del sofá. Es una lástima que Punzie se haya ido tan temprano. Me hubiese gustado que se quede a cenar.

—Mamá. George —Jack llama a nuestros padres y veo que la chica molesta de hace rato, está a sus espaldas— Ella es Anna, ¿puede quedarse a cenar?

Tentación | JelsaWo Geschichten leben. Entdecke jetzt