Capítulo 12: La pelea

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Dejé todo y fui corriendo a levantar a Hiccup. La sangre no paraba de brotar de su nariz. Le gente empieza a murmurar cosas, pero eso no es lo que me importa ahora.

Volteo a ver a Hannah. Esta muy distraída explorando la comida del congelador como para ver. Mejor así. No quiero que se quede con la imagen de su hermano golpeando a otra persona.

Miro a Jack con furia, pero parece estar muy ocupado mirando a Hiccup con odio.

—¿Por qué lo golpeaste? —lo empujo del pecho para que reaccione.

—No te metas. —me toma de la muñeca— Vámonos... ¡ya!

—¡No! —me suelto de su agarre— ¡Primero dime que ha pasado!

—No pasa nada, Elsa. Estoy bien. —Hiccup se intenta incorporar— Vete a casa.

—No voy a dejarte aquí.

—¡Vámonos! —Jack vuelve a tomarme.

—¡Que me sueltes! ¡Caminaré sola! —le reprimo y le doy una mirada rápida a Hiccup por encima de mi hombro, antes de salir por la puerta junto con Jack.

* * *

—No tenías derecho —le sigo discutiendo a Jack cuando entramos a la casa— ¿Por qué hiciste eso?

—Solo hice lo que tenía que hacer. —cierra la puerta y me deja atrás para cortar la conversación.

—¿Y que era lo que tenías que hacer, según tu?

—¡Golpearlo! ¡Porque es tu maldito ex novio, mierda! —me grita, pero no retrocedo.

—¿Qué quieres decir con eso?

—¿Que está pasando aquí? —llega mi padre, confundido.

—Le partí la cara al imbécil de su ex novio. —suelta Jack como si nada.

—¿Que hiciste qué? —Kira llega detrás de mi padre.

Jack me dedica una mirada de odio, sube corriendo las escaleras y se escucha que cierra su habitación de un portazo. Kira nos da una mirada de disculpa y se va tras el.

Mi padre me hace un ademán para que me siente en la sala y obedezco, de mala gana.

—Explícate, Elsa. —se sienta mi padre y tamborea sus dedos en el respaldo del sillón.

—Estaba trabajando, haciendo unas cosas que Mike me pidió —empiezo— Y cuando veo... ¡Hiccup estaba tirado en el piso con la nariz ensangrentada! No lo entiendo. Jack y yo estábamos empezando a llevarnos bien, ¿por qué siempre tiene que arruinarlo?

—Tranquila —me corta mi papá— No creo que sea para tanto.

—¿Cómo puedes defenderlo?

—Jack ha pasado por mucho. Tienes que ser paciente con el, ¿sabes?

—¡Yo también he pasado por mucho y no necesito paciencia! ¡Mi madre murió!

No sabía cuánto me habían afectado el poder de esas palabras hasta que las dije en voz alta.

—No es lo mismo que tú madre, Elsa. El padre de Jack se fue. —responde con pesar.

—Entonces si es lo mismo.

—El padre de Jack se suicidó cuando Jack tenía ocho años... —dice— Y Jack estaba con él cuando eso pasó.

Me cubrí la boca al escuchar aquello. No tenía idea que Jack había pasado por eso. Imagínate que tu padre se suicide enfrente de ti. Yo no podría vivir con ese trauma... ¿cómo es que Jack nunca me contó de esto?

Me siento terrible por haberle gritado de esa forma. Solo es un chico que se dejó llevar por sus emociones, por Dios. No es un criminal. Siempre lo he tratado como tal, y el no se merece eso.

Tengo que disculparme.

Subí las escaleras y me dirigí al cuarto de Jack, nerviosa por su reacción. Me paro frente a la puerta de su habitación y pego el oído a la puerta. No se escuchan voces. Tal vez Kira ya no esté ahí adentro.

¿Ahora qué? ¿Debería abrir la puerta?

Puse mi mano en la manija de la puerta, pero la retiré enseguida. La verdad es que no se cuanto tiempo me quedé ahí parada, mirando la puerta como una idiota.

Me llevo las manos a mi cabello y me doy la vuelta para irme, pero la puerta se abre y me topo con Jack.

Levanto mi mirada y me topo con esos ojos azules eléctricos que tanto me gustaron alguna vez. Nos quedamos en silencio por algunos segundos, incómodos.

Reúno el valor para hablar.

—Yo... lamento haberte gritado hace rato. —murmuro.

Me sorprendo cuando Jack me toma del brazo y me mete a su habitación. Cierra la puerta detrás de él y me mira. Parece asustado.

—Te lo han contado, ¿verdad? Lo de mi padre. —pregunta.

Me quedé callada, dándole a entender que así era. Jack maldice entre dientes y le da un golpe a la puerta, que me hace sobresaltar.

—No quiero que me pidas perdón por algo que no sientes. Solo te disculpas por lo de mi padre. Porque te doy pena... y pena es lo último que quiero darte. —me señala, molesto.

—¡Estoy harta de que siempre pienses mal de mi! —lo encaro— No importa cuanto lo intentemos, siempre terminamos odiándonos.

—En eso tienes razón. —da un paso hacia mi.

—Entonces no tengo nada que hacer aquí. —me quedo quieta en mi lugar.

—Entonces vete.

—¡Bien!

—Bien. —finaliza.

Le dedico una mirada de odio. Salgo de la habitación y cierro la puerta con fuerza.

Y es la verdad. No importa cuantas veces lo intentemos o cuánto nos esforcemos, siempre terminaremos deseándonos la muerte.

Me encierro en mi habitación, molesta. Me dejo caer en mi cama y hundo la cara en la almohada. No quiero saber nada de nadie.

Odio estar mal con Jack. Ya estábamos empezándonos a llevar bien, y tuve que cagarla con mi carácter de mierda.

Si voy de nuevo y me disculpo, ¿estaría bien?

Dios, que gran tentación.

Es ahora o nunca. De por si, no puedo estar más jodida como ahora. Me levanto de la cama y justo cuando voy a abrir la puerta, ésta se abre.

Es él.

¿Qué hace en mi habitación?

Me pierdo cuando Jack se acerca, me toma de los brazos y me acerca a él. En un abrir y cerrar de ojos, ya tenía sus labios contra los míos.

Jack coloca sus manos en mi cintura y me pega a su cuerpo para profundizar el beso. Cierro la puerta de una patada rápida, mientras paso mis manos por su cabello. Siento una succión en mi labio inferior por parte de él, lo cual me hace soltar un quejido. Parece que eso le prende.

—No sabes el tiempo que llevo esperando esto, Elsa —gruñe contra mis labios— De las malditas ganas que tenia de besarte.

Y sin pensarlo, lo tomé del borde de la camiseta y lo aventé a la cama. Sostiene mi cintura y me coloca debajo de su cuerpo, mientras continúa besándome.

Yo también estaba esperando este momento.

Mi celular empieza a sonar. Jack y yo nos separamos del susto. Volteo a verlo. Está totalmente despeinado y tiene los labios hinchados.

Se ve tan sexy...

¡No! ¡Joder! ¿Por qué he dicho eso?

Me estiro para contestar el teléfono, de mala gana. Jack me da el espacio necesario para hacerlo.

—¿Diga? —contesto.

¿Elsa?

Tentación | JelsaWhere stories live. Discover now