JungKook era muy conocido, así que no se salvó de una guerra de flashes que lo atacó sin parar. Esto lo molestó en demasía, pero la expresión seria en su rostro jamás se perdió. Ante todo, lo profesional. Posó sutilmente y desvió la mirada hacia el más joven, sonriendo inevitablemente al verlo disfrutar tanta atención.

"¡Por aquí!". Escucharon los tres, acomodándose finalmente para tomarse fotos. La señora Jeon seguía modo androide. Era espeluznante.

--- ¿¡Para cuándo la boda!?--- gritó alguien, asustando a los ex novios sobre la alfombra roja--- ¿Acaso ya terminaron?

¿Cómo es que los medios estaban interesados en esas cosas?, ¿Y cómo es que se informaban de ello? Es decir, la propuesta de matrimonio había sido hace años atrás. ¿Cómo es que podrían recordarlo?

Y antes de que el caos se desatara, los de seguridad los acompañaron dentro del recinto, dejando que disfrutaran de las nuevas colecciones que se presentarían dentro de un rato. Las luces los iluminaban y mostraban los varios detalles de cada atuendo. Algún día las creaciones de TaeHyung estarían en el lugar principal y recibiría la atención de todo el mundo.

--- Oh, por Dios. ¡Mira, Hyung!, ¿Recuerdas que me compraste los de primera generación? Esta ya es la séptima--- señaló los tenis que, en realidad se le hacían sumamente similares a los que alguna vez tuvo. La única diferencia recaía en las agujetas de diferente color y la franja nueva que habían agregado en la parte trasera--- son una mierda.

JungKook asintió y caminaron lentamente, uno al lado del otro mientras miraban los aparadores y el contenido de estos.

--- Una vez, intentaron robar a la diseñadora alemana Ayla Charlotte en el M.O.D.A Fest del 2015--- narró brevemente el azabache al recordar tal desastrosa época--- así fue como su marca comenzó a ser nombrada en todo el mundo.

--- De ahí dió su salto a la fama. ¡Mierda!, ¡Pero como quisiera que alguien deseara robarse la chaqueta nueva que diseñé!--- chilló con evidente entusiasmo en respuesta, mostrando lo apasionado que se mostraba en lo que era bueno.

La señora Jeon ladeó la cabeza al ver cómo los más jóvenes se alejaban cuchicheando entre ellos. Estaban hablando alemán fluidamente, cosa que no le sorprendía. Lo único conflictivo era que siguieran actuando extraños. Ellos se llevaban estúpidamente bien. No tenía sentido que el tiempo hubiera arruinado su increíble química. Todo ello seguía ahí. La mujer estaba meramente segura de ello.

--- ¿Qué más sabes, Don Perfecto?--- inquirió el diseñador mientras se acercaba curioso hasta una estatuilla en honor a alguien que ya había fallecido--- Oh. Que descanse en paz--- murmuró.

--- En un descuido, Terehsa Kim, infestó el evento entero con una plaga que traía entre las telas que había comprado en otro continente--- recordó ese lío y frunció los labios. Afortunadamente su familia no se había presentado en el lugar--- fue vetada definitivamente por ese suceso. Después de todo, aquella plaga perduró durante algunas semanas en varios países. Las telas aparecían con minúsculos mordiscos o hilos cortados a la mitad. La ropa se deshacía en cuanto se tocaba.

TaeHyung lo escuchó fascinado, asintiendo varias veces seguidas. Que su ex novio estuviera informado al respecto, lo volvía cien veces más atractivo. Y eso era estúpido para él.

--- Es verdad. Echó a perder ediciones limitadas de "The Channel 1819", valuadas hasta en un millón de dólares--- suspiró--- podría ser de mal... Mal...

--- Presagio--- intentó ayudarle con el, al parecer, oxidado alemán de su menor.

--- Augurio--- recordó finalmente el de cabellos azulados, soltando una risita tonta al haber olvidado una palabra así--- podría ser de mal augurio que llevemos el mismo apellido, ¿No?--- terminó en coreano.

Sugar, but not your baby (KookTae)Where stories live. Discover now