𝒄𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟑: 𝒔𝒆́ 𝒒𝒖𝒆 𝒔𝒐𝒚 𝒕𝒖 𝒕𝒊𝒑𝒐

Start from the beginning
                                    

—Por llevarme a casa ayer, mi hermana se puso hecha un basilisco. —Apoyé una mano en su hombro mientras ella daba buena cuenta del emparedado, comiéndose la mitad de un bocado—. ¿Todo te lo comes así?

—¿Por qué? ¿Quieres que te lo demuestre? —Esbozó una sonrisa pícara, alzando una ceja a la vez que le daba otro bocado al sándwich. Yo respondí con un golpe en el hombro que desató en ella una carcajada—. Era broma.

—Ya lo sé. La que se toma en serio el flirteo es la estirada de mi hermana. —Ella no respondió—. Ugh, se me olvida que te gusta la niña de papá. Me das asco.

—Me gusta, pero me jode.

—¿Qué te jode? —Arqueé una ceja.

—Que le gusta gustar. Ella sabe que me gusta y hace todo lo posible para dejarme con la baba caída, aunque sea heterosexual y vaya a casarse. Le gusta gustar.

—Sí, todo lo que la rodea debe ser suyo o se enfada. ¿Ves? Es una niña caprichosa y todos la queréis. —Bufé, dándole un toque en la cabeza mientras se terminaba el primer trozo del sándwich—. ¿Qué le veis?

—No puedo evitarlo. Me gusta. —Se rio, levantando los hombros—. Está buena, me trata bien y yo tengo falta de cariño. No hay que decir mucho más.

De nuevo, los tacones lejanos de mi hermana salieron de su despacho y cruzaron el pasillo en dirección a nosotras.

—¡Noah! —Dijo con una sonrisa, casi apartándome para ver lo que tenía en la pantalla. La muy cabrona la había llamado por su nombre de pila que yo me había molestado en preguntar.

Se agachó, poniendo las manos en los hombros de Noah, mirando la pantalla del ordenador.

—Eso está muy bien, me encanta. —Le dio un par de golpecitos en el hombro en el que yo estaba apoyada.

—Gracias, eso le decía a tu hermana. —Noah sonrió, dándole un sorbo al café—. Por cierto, Liv, gracias por el desayuno. —Puso una mano sobre la mía. Estaba jugando a poner celosa a mi hermana y yo iba a seguir el juego, claro que iba a seguirlo.

—Las relaciones entre compañeros no están permitidas —se precipitó a aclarar Dafne, tragando saliva.

—Solo somos compañeras de trabajo. —La chica se giró en la silla, dejando un trozo de sándwich en la mesa—. Además, tu hermana no es mi tipo.

*

—¿Cómo que no soy tu tipo?

La melena negra de Olivia se mecía con el viento que también movía la camisa burdeos, dejando ver el borde de su sujetador blanco. Me esforcé en mirarla a los ojos mientras venía hacia mí con el bolso colgado del brazo y un paso tan potente que el chico que cruzaba el paso de peatones se giró para mirarla.

—Mientes —me acusó, señalándome con el dedo—. Mientes —repitió, hundiendo su dedo en mitad de mi pecho, arrugando la camisa. Negué—. Claro que mientes. —Se plantó delante de mí con el bolso colgado del brazo—. Te gusta mi hermana y tenemos la misma cara. Claro que soy tu tipo.

—Te lo tienes muy creído tú. —Metí las manos en los bolsillos de mi pantalón—. Ella es dulce, atenta, simpática, paciente... Que tengáis la misma cara no significa que seáis iguales.

—Y menos mal. —Rodó los ojos, desviando la mirada hacia una de las palmeras que recorrían la avenida.

—¿Por qué te importa tanto ser mi tipo?

—No te equivoques, no quiero ser tu tipo. Quiero ser el tipo de todo el mundo. —Comenzamos a caminar—. ¿Y tú? —Se giró hacia mí, quitándose el pelo de la cara—. ¿Qué es eso de llamarme Liv?

let me be her (completa)Where stories live. Discover now