⚡ [ 𝐓𝐑𝐀𝐈𝐃𝐎𝐑𝐀 𝐀 𝐋𝐀 𝐒𝐀𝐍𝐆𝐑𝐄 ] ⚡ [ 𝐻𝑎𝑟𝑟𝑦 𝐽. 𝑃𝑜𝑡𝑡𝑒𝑟]

• 𝐕 •

—¿A dónde vas?

—Es secreto, Ronald—dijo dirigiéndose al retrato—no te preocupes, estaré aquí antes de las 8 para su castigo.

Elia salió y caminó muy feliz a la enfermería, desde que tiene memoria quiere ser medimaga, y puede que con este pequeño paso lo pueda lograr, Elia ya se imaginaba siendo de las mejores medimagas en san mungo. Elia de tanto estar en su imaginación terminó chocando con alguien.

—Vaya forma de reencontrarnos—Elia sonrió ampliamente, esa voz...

—Edmond—él la ayudó a levantarse y la abrazó felizmente—. Te extrañe muchísimo, ¿Cómo has estado? —preguntó al separarse.

—Bien en lo que cabe, ¿y tú? ¿Cómo estuvo tu verano?

—Oh, ya sabes, problemas familiares, peleas con Draco, pero... no todo está mal, resulta que tengo un primo, del que no sabía hasta este verano, ¿Qué tal el tuyo, divertido?

—Si, divertido... fui a Francia, a visitar a mis abuelos maternos, por eso no pude ir a tu casa, pero te traje un brazalete, que...—Edmond rebusco entre los bolsillos de la túnica, pero no encontró nada—deje en mi habitación, pero prometo dártelo después.

Elia sonrió con dulzura—No te preocupes, que lindo de tu parte...—Elia por más que quisiera quedarse platicando con Edmond, no quería llegar tarde con la señora Pomfrey—. Me ha dado mucho gusto verte, pero me tengo que ir, nos vemos.

Elia le dio un fugaz beso en la mejilla a Edmond antes de salir corriendo, beso que dejó medio atontado a Edmond.

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—Ya he llegado, a tiempo—anunció Elia, entrando a la enfermería.

—Que gusto verte, ven.

Elia se acercó tímidamente, a donde ella estaba—¿Eres buena en pociones, no es así?

—Así es...— le aseguro.

—Bien, crees que puedas diferenciar, entre todas estas pociones—Pomfrey le mostró un anaquel lleno de varias pociones, todas curativas, supuso Elia, si pues ni modo que sea veneno—. Las tienes que acomodar por categorías, quiero ver que pociones conoces, y cuáles no para enseñarlas.

—De acuerdo—Elia empezó a examinar las pociones, si había varias que no conocía, pero igual había muchas que sí, empezó a separar las que conocía por categorías—Si, si, hueso roto, quemaduras, crece-huesos, para el cabello, acnés, mmm...—murmuró mientras seguía viendo y separando, dejaba las que no conocía a un lado—ya veo... si, si para limpiar las heridas, Poción pimentónica, me suena, ¿de dónde me suena...? —se preguntaba así misma—¡Lo tengo! Mamá me la daba a mi y a Draco de pequeños, cuando nos resfriábamos.

Al pasar un hora y media ya había terminado de separar las opciones que sí conocía y las que no: —Vaya, veo que son más las que conoces, eso me da gusto—Pomfrey empezó a observar las pociones que Elia no conocía—Veamos, esta es para revertir los efectos de un filtro de amor, así como de la Amortentia.

—Oh, y esta es para algunos venenos, como la belladona o el acónito. Díctamo, tiene propiedades curativas, es un antiinflamatorio, aunque no te aconsejaría que te espolvorearas para probarlo—dijo con gracia, así se paso el resto de la tarde, Pomfrey le mostraba pociones extrañas a Elia y ella así apuntes de lo que podía.

—Mira, toma esto—Pomfrey le paso un libro—, aquí vienen muchas opciones curativas, puedes leerlo para estudiar, y la próxima clase vemos que, ¿vale?

«Próxima clase» Elia se sentía más ilusionada de lo que le gustaría admitir—Muchas gracias, señora Pomfrey, estaré aquí el próximo sábado, puntual a las 4.

—Así me gusta—dijo alegremente—, no me gusta la impuntualidad.

Elia se despidió, y empezó a caminar con calma a la sala común, todavía no era las ocho, así que probablemente todavía podría alcanzar a los chicos en la sala común.

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—¿Dónde te has metido tanto tiempo? —interrogó Perseo.

—¿Y ese libro? ¿Fuiste a la biblioteca? —dijo ahora Hermione—, me pudiste haber dicho para acompañarte.

Elia se quedó pensando, todavía no quería contarle a sus amigos sobre las clases particulares con Pomfrey: —Quería pasar un tiempo a solas, Her— dijo Elia sentándose en un sillón individual—. Pero podemos ir luego, ¿si?

—Ya nos tenemos que ir—dijo Harry con pereza.

—Que dios los bendiga, sobre todo a ti Harry—dijo Elia—, pasar toda la tarde con ese soberbio, egocéntrico, narcisista...—eso había salido más fuerte de lo que esperaba.

—Vaya, no te agrada, ¿a que si?

—Oh calla—Elia lo abrazó y se despidió de él y Ron, después se fue a la habitación, leyó un rato hasta que dieron las 11 se durmió.  

♡︎ 𝙰𝚕𝚎𝚡𝚊 ♡︎
12/04/2022
3418 palabras.