⚡ [ 𝐓𝐑𝐀𝐈𝐃𝐎𝐑𝐀 𝐀 𝐋𝐀 𝐒𝐀𝐍𝐆𝐑𝐄 ] ⚡ [ 𝐻𝑎𝑟𝑟𝑦 𝐽. 𝑃𝑜𝑡𝑡𝑒𝑟]

• 𝐕 •

—CAPÍTULO CINCO.
( Sangre sucia inmunda )

Angelina Johnson se encontraba sacudiendo a Elia para despertarla, ella se levantó de golpe muy confundida y asustada—Pero, ¿qué pasa? —preguntó más calmada al ver a Angélica ahí—. ¿Johnson, que haces aquí, tan temprano?

—Entrenamiento de quidditch—dijo con calma—, Wood me envió a despertarte.

—¡Pero es sábado, y ni siquiera ha amanecido! —Elia se volvió a acostar y se tapó con la cobija.

Angélica jaló la cobija, y Elia jadeo en protesta—Por eso mismo, "forma parte de nuestro nuevo plan de entrenamiento" o algo así dijo Wood.

—Si suena como algo que él diría...—dijo soltando una leve risa, que parecía más un llanto—. Dame 10 minutos y bajo.

—Bien, no te vuelvas a dormir—la señaló con acusación.

—Si si, si ya vete.

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Elia se encontraba ya en los vestidores de Gryffindor, sólo faltaba Harry, realmente todo el mundo se veía más dormido que despierto, Elia casi no podía ni mantener los ojos abiertos. Harry entró también medio dormido, tomó asiento a un lado de Elia, quien recostó la cabeza en su hombro.

—Por fin, Harry, ¿por qué te has entretenido? —preguntó Wood enérgicamente—. Veamos, quiero deciros unas palabras antes de que saltemos al campo, porque me he pasado el verano diseñando un programa de entrenamiento completamente nuevo, que estoy seguro de que nos hará mejorar.

Oliver sostenía un plano de un campo de quidditch, lleno de líneas, flechas y cruces en diferentes colores. Sacó la varita mágica, dio con ella un golpe en la tabla y las flechas comenzaron a moverse como orugas. En el momento en que Oliver se lanzó a soltar el discurso sobre sus nuevas tácticas, a Fred se le cayó la cabeza sobre el hombro de Alicia Spinnet y empezó a roncar.

Le llevó casi veinte minutos a Oliver explicar los esquemas de la primera tabla, pero a continuación hubo otra, y después una tercera. Elia procuraba mantener la vista fija en Oliver, lo que era fácil, pensando en lo guapo que es.

—Bueno —dijo Wood al final, sacando a Elia de sus sueños ficticios con él—. ¿Ha quedado claro? ¿Alguna pregunta?

—Yo tengo una pregunta, Oliver —dijo George, que acababa de despertar dando un respingo—. ¿Por qué no nos contaste todo esto ayer cuando estábamos despiertos?

Elia rio suavemente, a Oliver no le dio ni una pizca de gracia. —Escuchadme todos —les dijo, con el entrecejo fruncido—, tendríamos que haber ganado la copa de quidditch el año pasado. Éramos el mejor equipo con diferencia. Pero, por desgracia, y debido a circunstancias que escaparon a nuestro control...