009.

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Desde lo que veía en el espejo, me era difícil reconocerme a mi mismo, por completo. El agua que llevé hacia mi rostro, refrescó la ardiente sensación que se esparcía alrededor de mi cuello, así como en mis brazos; yo, Seokjin, no podía sacar a Soojin de mi cabeza, de la forma más irónica posible.

La noche desde hace tres días rondaba en mi cabeza como una escena que no podía recortar: la manera en que aquella mujer me besó, consiguió que en mi cambiara la forma de verla (aunque aún no sabía si para bien o para mal). De todos modos, esto era algo lejos de mi carácter. En efecto, no podía reconocer la manera en que mi corazón comenzaba a palpitar cada vez que recordaba los labios de la peli-negra sobre los míos. Hubiese deseado que el alcohol en mi sistema fuese lo suficiente fuerte para eliminar cada rastro de éxtasis que llegué a sentir.

Aún peor, los toques en la puerta de baño consiguieron que cayera en cuenta de los minutos en que había estado de pie allí, sin hacer nada más que pensar en ella.

- Mamá pregunta por ti -detrás de la apertura de madera, Taehyung se hallaba con las manos dentro de los bolsillos y un pequeño puchero en sus labios. Había pasado por allí sólo por el viernes en la noche, porque a mi no me sentaba bien lo familiar, pero la insistente manipulación de mi progenitora había conseguido que hubiese sentado mi cuerpo en la recámara de mi hermano menor hasta el sábado en la tarde.

Así, asintiendo ligeramente, intenté hacerle entender al castaño que necesitaba pasar cerca suyo. Sin embargo, cuando no amagó a siquiera mover un dedo, le miré a la cara en busca de cuestionarlo.

- Creo que me iré de viaje.

No tomó mucho para que de mi garganta saliera una carcajada cargada de sorna, consiguiendo tal y como lo supuse, que Taehyung subiera sus ojos a los míos con la molestia comenzando a esparcirse por sus pómulos hasta hacerlo chasquear la lengua y, antes de salir de la habitación, escupió entre dientes:

- Vete a la mierda, Seokjin.

Era bastante obvio que mi relación con mi hermano menor no era la mejor: aquel muchacho era de todo menos independiente para salir adelante por su cuenta. Lo que me había dicho no me había parecido más que una broma de buen gusto, pues, de lo mucho que había tenido que hacer para conseguir estabilidad, Taehyung no tenía idea de lo que se debía sacrificar. Aún y si trataba de un burdel o de una cafetería, los negocios no eran un juego.

De manera que, mientras yo seguía siendo el orgullo de mi familia sin que ésta supiera lo que me costaba, Taehyung no iba a demostrarme que él podía lograr más. No se lo iba a permitir.

- Estás cada día más guapo -mi mayor misión era que mis intenciones pasaran desapercibidas ante los ojos de mi madre, pues, el éxito que había requerido de mi para aceptarme, podía que no fuera de su gusto. Así mismo, con una sonrisa amplia, me senté frente a ella para echar en su taza un poco del té que había preparado para ambos. Iba a saber yo, no obstante, que mis logros eran sólo una migaja para lo que la mujer de pelo azabache me pediría-. Yongsub ha mencionado que tienes novia... -me detuve de soplar el ardiente líquido en mi propia taza para evitar que en mi cara se viese el súbito desasosiego que en mí ocurrió: aquel detalle se me había escapado en sobremanera-. ¿Es eso cierto? -la minúscula sonrisa que se dibujó en sus labios me dio a entender que la pregunta no había sido un sermón, aún peor, mi madre se lo había creído de inmediato.

Ahora, sabrá Dios cómo iba a salirme de esta.

- Es un poco complicado -para ser completamente sincero, no vi el porqué de mentirle, pues aquello era justamente lo que entendía. Entre Soojin y mi persona no había mucho que decir, pero de que había algo entre nosotros era difícil de confirmar. Sobretodo, porque yo no lo quería admitir. Así que, encogiéndome de hombros, comprendí a qué magnitud empezaba a ser irreconocible para mi mismo-. Dudo que funcionen las cosas entre nosotros.

ALCOHOL | KIM SEOK JIN.Where stories live. Discover now