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Liam bajó de su auto con el bolso en sus manos yendo hacia la puerta de la nueva casa de Zayn, en el bolso traía obviamente el dinero lavado de Zayn, también un pequeño regalo.

Tocó la puerta y Leo le abrió, lo saludó y preguntó por Zayn.

— Está en su oficina.

Liam le agradeció y fue a la oficina de Zayn, tocó un par de veces hasta que escuchó el "pase" por parte de Zayn.

Al rubio le gustó ver aquella sonrisa de el castaño al verlo.

— Te traje un regalo. — Dejó el bolso encima de su escritorio y se cruzó de brazos. — Ábrelo.

Zayn curioso abrió el bolso y solo vio el montón de billetes, miró a Liam y este le dijo que siguiera buscando.

Hasta que encontró una caja de condones y una nota pegada en la cajita.

Con una sonrisa Zayn la leyó.

"Ojalá ocupes esta caja con sabiduría"

Zayn solo rió y fue hasta el para darle un beso, con su mano cerró la puerta y siguió besándolo.

— No podemos hacerlo aquí, pero si en mi cama esta noche. — Le dijo al separarse de él. — Aileen se quedará con Niall este fin de semana.

— Hoy no puedo.

Liam formó un puchero.

— ¿Por?

— Tengo que ir a Canadá, volveré el jueves.

— ¿Nos vemos el viernes entonces?

Zayn asintió.

Liam con una pequeña sonrisa besó sus labios y se despidió de él.

— ¡James es mi novio! — Gritó Aileen al entrar a su casa.

— ¿Que? ¿Cómo que tú novio? — Preguntó Liam sorprendido.

— Me lo pidió cuando estábamos en el recreo. — Le respondió con una sonrisa. — La verdad es que no me lo esperaba y admito que me hizo pasar un poco de vergüenza, pero le dije que si, y luego me besó.

— Que asco, James debe tener hasta piojos.

— No tiene piojos papá.

Liam rodó sus ojos y fue hacia ella.

— Me alegra que estés con James, pero ahora lo único que te voy a pedir es que me digas si tienes algún problema, quieres algún consejo.

— Entiendo.

— También debes hablarme si quieres tener relaciones sexuales o algo, no quiero que quedes embarazada a esta edad y luego yo sentirme culpable.

— No quedaré embarazada.

— Lo mismo dije yo y quede embarazado a los dieciséis, así que nunca digas nunca.

Aileen suspiró ya que este tipo de sermones se los habían dado en el colegio, pero aún así agradecía que su padre se preocupara tanto por ella, otros ni eso hacían.

— ¿Me das una caja de condones? — Le preguntó Aileen.

— No tengo, pero compraré.

— ¿Son muy caros?

— Depende, hay condones con sabores también, para el sexo oral se pueden ocupar, aún que no es necesario.

— ¿Qué es eso? — Preguntó confundida.

THE MAFIA BOY - ZIAMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora