De todos modos, para lo que sí tuve fuerzas antes de dirigirme hacia la entrada del hogar fue para hallar su mandíbula bajo mi mano para obligarla a mirarme. A la misma vez, sumándole a la cantidad de cosas de la que me arrepentiría aquella noche, le susurré:
- Dame dos horas más, hasta que me emborrache.

Dentro de lo que yo era capable, sabía que no iba a ser posible y era algo que no me iba a permitir; yo no era una persona que podría llamarse responsable, pero sí sabía mis límites. Lo que me preocupaba ahora, cuando hallé a Yoongi en la entrada junto a Taehyung era que mi confín estaba a punto de dimitir. Y es que, la expresión en el rostro de ambos me dejó saber qué tan grave había sido mi error.

- Esta noche será interesante -mi socio murmuró sobre mi nuca a la vez que lo pude distinguir darle una pequeña reverencia a la muchacha detrás de mi, cual ella reciprocó de inmediato. Así mismo, Taehyung bufó antes de tomar el primer paso en dirección hacia el comedor donde el resto de mis familiares se encontraban.

Lo único que faltaba era una mentira más, que salvaría mi pellejo por el resto de la noche.

Yongsub se puso en pie a la vez que la mano de Soojin acaparó el interior de mi brazo donde lo sujetó con fuerzas y, ante los ojos curiosos de mi tío, reverencié de manera ligera antes de tomar la cintura de la mujer junto a mi.

- Esta es mi novia, Hyemin -mentí, observando el fruto de mi falacia en la manera en que los ojos del hombre se cerraron en una sonrisa radiante antes de invitarnos a tomar asiento en la mesa preparada para nosotros.

Evitando a toda costa los burlones ojos de Yoongi y Taehyung, me acomodé en mi asiento enfrentándome esta vez ante los ojos de mi prima menor, Daeha. Sin embargo, volví a sentirme contraído cuando la voz de Soojin se hizo presente y, a su vez, su mano se presionó contra mi rodilla para inclinarse en dirección a mis familiares.

- Es un gusto -saludó. Mas, lo que no esperé fue que su mano quedase aún en mi muslo a pesar de haberse acomodado en su silla. Y, aún peor, sus dedos subieron hacia mi cremallera.

Me tomó más de lo que pude admitir el retirar su intrépida mano de mi regazo y, fue de alguna manera peor para mi persona cuando pude distinguir una pequeña sonrisa en sus labios una vez la miré de reojo. Ahí fue donde pude comprobar que el plan que aquella mujer tenía iba más en mi contra que para mi virtud.

Joder, ¿en qué me había metido?

- Me alegra escuchar que el bar ha sido un éxito -la voz de Yongsub se hizo presente una vez los bocadillos estuviesen frente a nosotros, así como pude observar cómo una de las mucamas se dignaba a servir un poco de ron a mi izquierda. Y, como si hubiese sido para burlarse de mi, las disimuladas yemas de la peli-negra esta vez se dirigieron hacia mi codo con ningún otro propósito más que amagar a que tomara la bebida. No obstante, fue cuando los ojos de mi tío se enfocaron en mi antes de soltar una felicitación que me supo más a vergüenza que tuve que tomar el vaso entre mis dedos-. Tu abuela estaría muy orgullosa de ti, Seokjin.

El líquido consiguió traer una relajación deseada en mi garganta donde pude comprender el porqué el alcohol había sido un buen compañero para mi en lo que tenía de vida. Así mismo, una pequeña sonrisa se escabulló en mis labios como si de repente hubiese encontrado un buen escape aquella noche.

- Nuestro plan ahora es poder conseguir una buena base en hotelería -digné, una vez el alcohol hizo efecto, en sumarme en la conversación de manera que, sin un dejo de vergüenza, señalé con mi barbilla la persona de Yoongi, cuyos ojos observaban a mi dirección con sigilo-. Eso está en manos de mi socio.

- ¡Por supuesto! -alardeó el hombre en la punta de la mesa nuevamente. La sonrisa que se formó en su rostro, incentivando a las arrugas a aparecer, fue en dirección a mi rubio amigo que, a un lado de Taehyung aún no cesaba de mirarme. Sin embargo, más que incomodarme, volví a alcanzar el vaso lleno de líquido alcohólico y disfruté otra vez de una sensación de calma. De manera que, cuando la mano de Soojin volvió a hacer presencia sobre mi muslo, esta vez tomé sus dedos entre los míos y amagué a que su palma quedara sobre mi bulto, cuyas palpitaciones se hicieron presentes una vez la sentí tensarse ante mis intenciones.

Ahora sí concordaba con Yoongi, sería una noche interesante.

Así mismo, una vez terminada la cena, la cantidad de alcohol que yacía en mi sistema consiguió que lo que quedaba de mi dignidad se fuera al caño. Pero más que ser algo de lo que me arrepentí, cuando escuché los pasos de Soojin intentando seguir el ritmo de mi propio caminar, en vez de abrir la puerta del copiloto, me detuve en la puerta de atrás antes de empujarla dentro del asiento trasero.

Con el portazo retumbando detrás de mi una vez llegué a sentarme a un lado de su persona, cuya postura pude denotar como tensa y atenta a mis movimientos, observé cómo mi hermano menor y mi socio abandonaban el recinto, dejándome sin ninguna opción más que enfrentar a la mujer como debí haber hecho desde el principio.

- No tienes ni idea de lo que estás haciendo -mi amenaza, lejos de causar alguna expresión de temor en su rostro, causó que sus ojos, apenas visibles entre la oscuridad de mi carro y la noche, estuviesen adheridos a mi persona. Tal y como si lo que había dicho le hubiese parecido nada.

- Sólo quiero que guste de mi tanto como gusta del alcohol.

Una vez más, sus palabras sacaron de mi una faceta que no me quedaba para nada bien; mis labios se entreabrieron como si trataran de saborear su aliento detrás de su confesión. No me lo esperaba en lo absoluto, pero de modo que en mi pecho se infló mi ego, su revelación me cayó como una pasivo empujón hacia un desespero indigno e inútil de dejar salir. Que a Soojin le gustase me persona me era de fruición, pues me daba la oportunidad de mantener mi compostura y, otra vez, hacer de ella lo que quisiese.

Empero, lo que sus palabras significaban no consiguió hacer eco en mi cabeza hasta después de que cometí una ignominia aún más grande que todas las demás.

Como si sus manos fuesen una soga que me atarían a un destino turbio e inexplicable, sus dedos se posaron en mis mejillas cuando permití que su cuerpo se posicionara sobre el mío con una agilidad admirable. Casi como si no quisiera que escapara. Y, en mi más sentido pésame, observé todo mi pudor morir en el segundo en que los labios de Soojin se presionaron contra los míos. Peor aún, la manera en que abrió con cautela mi boca contra la suya, pude sentir la misma amargura y calma que el trago de ron me trajo aquella noche. La única diferencia es que no quemó como supuse sino que ardió en mi consciencia lo mucho que me sentí a gusto cuando su lengua encontró la mía.

Soojin era más venenosa que el alcohol. Sin embargo, de esto no me di cuenta hasta que empezó a hacerme daño. Como si succionara mi vida en cada momento en que su boca se cerraba contra la mía y los latidos de mi corazón se combinaron con los suyos.

Iba a ser yo qué tan dañino eran los vicios, más si tenían una boca como la suya.

















aquí hubo una dirty sorpresa ahre.
espero que les esté gustando la historia y espero que comiencen a entender el persona de seokjin.

un millón de gracias,
- ema.

ALCOHOL | KIM SEOK JIN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora