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El Omega se resignó y prefirió no molestar más. Aunque aún le parecía extraño todo, estaba consciente que su amo a veces no suele querer a Omegas para consolarse, pero suele ser muy pocas. Además ¿Por qué se le adelantó el celo?

Sin querer pensar más en el asunto, recogió con cuidado el desastre del piso y dejó el ala norte, que más parecía una pequeña casa dentro de la mansión. Pues era el territorio exclusivo del amo Kim, dónde tenía varias habitaciones, baños y hasta otra cocina.

Ese lugar estaba prohibido para cualquiera, sólo dejaba pasar al Omega encargado de limpieza o al de la comida; siempre y cuando él diga lo contrario.

Caminó por el largo pasillo que tenía unos ventanales hermosos, hasta llegar a la cocina principal. Desechó el contenido de su charola al basurero y se fue a recoger el desayuno para el nuevo Omega, que por alguna razón no estaba tampoco en la cocina.

Suerte del nuevo, el amo no puede ver que lo desobedeció. Porque de ser así, ya tendría su primer castigo— pensó mientras alistaba la charola con un poco de leche y miel, más unas tostadas.

Al llegar al ala este, que era dónde se encontraba la habitación del Omega nuevo. Se sorprendió que el aroma dulzón se sienta incluso desde el pasillo.

Apresuró el paso, al abrir la puerta, fue golpeado con más feromonas y los lloriqueos del Omega, quien lo vio asustado.

—No temas, te traeré un supresor— le dijo con voz calmada, dejó la charola en el buró y salió de la habitación.

Taehyung estaba retorciéndose de dolor en la cama, sudando. No entendía porqué su lado animal, su Omega, le estaba insistiendo con salir de la habitación.

Pero Taehyung aún estaba consciente, que esa no era su casa. Que había un Alfa gruñón y peligroso, en algún lugar de esa mansión. Que no era libre.

Así que el miedo era más fuerte, que dejar a su Omega tomar el control. Aunque el dolor se hacía más fuerte con el paso de las horas.

Maldito celo, no puedo ni moverme y yo que quería escapar— pensó con tristeza, mientras lágrimas brotaban de sus ojos.

En ese momento, regresó el muchacho con la medicina. Ahora que estaba sin los efectos de la droga, pudo distinguir que efectivamente era un Omega.

—Acá tienes, es uno de los supresores más fuertes— lo ayudó a levantarse, y le entregó la pastilla junto a un vaso con agua.

Taehyung logró sentarse con la ayuda del Omega rubio que lo miraba con ternura, con manos temblorosas, sujetó el vaso con agua y logró pasar la pastilla.

Sus ojos le ardían por haber estado llorando desde la madrugada, cuando los dolores le vinieron. El olor a castañas sentía que no se iba de su ser, y eso le hacía extrañar más a su madre. Aunque el olor a roble, tampoco se iba y su Omega parecía querer buscar más de esa fuente para calmarse.

Taehyung estaba asustado, además que era la primera vez sintiendo a su parte animal, tan fuerte.

—Seguro es tu primer celo ¿Verdad?— preguntó el Omega rubio, después de haberle dalo un tiempo para asimilar el efecto del supresor.

Taehyung no respondió, estaba muy afectado como para hacerlo. Su interior era un caos de sentimientos.

—Recuerdo que en mi primer celo, también sufrí muchos dolores. Incluso más, porque mi familia no tenía dinero para supresores. Sólo me encerraron en el sótano, para no molestar a nadie y... Sufrir en la oscuridad— confesó el Omega rubio, con un deje de tristeza en su voz, tratando de infundirle confianza al nuevo y tembloroso Omega.

💲Ꮚ VENDIDO Ꮚ💲JinTae 💲Where stories live. Discover now