CAPITULO 28

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Morgan Dankwoth

—No quiero saber nada de lo que está pasando en esa cama, pero creo que deberíais venir y ver esto. —escuchemos la voz de Damián.

—¿Damián? —preguntemos Aiden y yo a la vez.

—El mismo y ahora vestiros porque tenéis que ver esto. —dijo antes de salir y cerrar la puerta.

Nosotros no tardemos mucho en levantarnos, yo ya estaba vestida con la ropa de ayer, Aiden durmió toda la noche en tan solo un bóxer, me quede mirándolo mientras él se vestía.

—Cierra la boca, se te caerá la baba.

—Idiota. —le dije y me dispuse a salir.

Salí de la habitación para dirigirme hacia abajo y mientras bajaba se escuchaban voces, quizá no solo vino Damián y también vinieron los chicos. Cuando llegue abajo, me dirijo al salón donde proceden las voces y al llegar veo a todos los chicos ahí, ellos al notar mi presencia, me miran y luego me señalan algo delante de ellos.

Noto la presencia de Aiden también y noto que está a punto de decir algo, pero cuando giro mi cabeza y lo veo, un jadeo más un grito se escapa de mí.

No me doy cuenta de lo que hago y cuando me percato estoy encima de Aiden con él sujetándome.

—¿Qué es esto? —preguntó Aiden.

—¿Qué no lo ves? ¡Son bichos feos y raros! —grité.

—Eso ya lo veo Einstein.

—¿De dónde han salido?

—Ni idea, pasamos por aquí a visitaros y Dylan nos abrió la puerta, nos trajo hasta acá y lo vimos. —dijo Damián.

—¿Y mi hermano?

—Dijo que ahora... —se queda Paula callada cuando ve detrás de mí y yo miro hacia el otro lado, vi a mi hermano con guantes y productos.

—¿Se puede saber que narices haces Dylan Arbey Dankwoth Gray?

—Voy a matar a todos esos bichos.

—¿Y como lo harás campeón? —le pregunta Aiden.

—Pues matando los bichos con esto. —dice mostrándonos una botella con algún producto raro.

Y se dirige hacia los bichos, tiene una botella de algún producto raro que no sé de dónde lo sacó, aprieta el producto echando un tipo de desinfectante, pero enseguida en cuando lo echa, el olor llega a nosotros, empecemos a toser y los bichos empiezan a volar, empiezo a chillar y no solo yo, las chicas también.

—¿Puedes dejar de chillar? —pregunta Aiden.

—Tenemos que salir de aquí. —dije entre chillidos aún con mis piernas rodeadas en el torso de Aiden.

Aiden esconde la cara en mi cuello y nos da la vuelta para encaminarnos a la entrada, los chicos nos siguen detrás, pero Dylan aún se queda.

—¡Dylan! ¡Salte!

—¡Yo no respiro, tengo mascarilla!

—Da igual Dylan, ¡salte ahora mismo y no me hagas ir a por ti!

—Estoy desinfectando.

—¡Dylan!

—Que voy. —dice y segundos después lo veo.

—Déjame en el suelo Ayers.

—Puedes bajarte cuando quieras.

—Me bajaría, pero me tienes sujeta. —dije y entonces él se da cuenta y me suelta casi dejándome caer. —Imbécil. —y me dirigí hacia mi hermana para luego agacharme a su altura. —¿Pero estás loco?

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