CAPITULO 9

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¡Hola! ¿Como están?

Aquí os dejo un capítulo que imagino que habéis estado esperando o se venía venir jajaja

Solo me quedan decir, ¡Disfrútenlo!

Leticia Esquivel


Me sigue besando, esta vez no solo me agarra de la cintura si no que del cuello me atrajo hacia el. Su lengua se mezcla con la mía la darle más intensidad al beso.

—Vamos arriba. —me susurra el al oído y yo simplemente me dejo guiar.

—¿Tu amigo no se molestará? —pregunté y negó.

Dejo que me lleve hasta una de las habitaciones. Debería pararme, estoy con James, no puedo hacerle esto y mucho menos con Aiden. No entiendo cómo he llegado aquí o porqué le estoy siguiendo por el pasillo. Es Aiden por dios, de toda la fiesta... ¿porqué él?. Mi cabeza no piensa más cuando noto cómo de un tirón, me pone contra la puerta del dormitorio y sus labios tardan un segundo en estar contra los míos.

Mis labios se adaptan a los suyos. De un momento para otro nos compenetramos en el beso. Es salvaje, es posesivo, es intenso, es diferente. James. Me aparto de él. No puedo respirar bien y fracaso al intentar tomar aire. Me mira confuso, con la respiración tan acelerada como la mía. No entendemos cómo hemos llegado ahí pero en el momento en que nuestras miradas se cruzan cualquier pensamiento queda anulado. Sus ojos se han transformado. Sus ojos siempre son intensos y especialmente claros, pero su oscuridad natural se ha transformado en un oscuro mar de noche bajo la simple luz de la luna. Me pierdo en esa oscura profundidad y cuando intento volver a la realidad le tengo pegado a mi de nuevo, con sus manos en mi cintura y su boca en mi cuello.

Ese leve contacto hace que un escalofrío me recorra todo el cuerpo. Siento que las piernas me van a fallar pero sus manos me sujetan. Su boca recorre mi cuello de arriba a abajo, con besos repartidos y sin ninguna prisa. Mi cuerpo empieza a reaccionar ante sus atenciones. Una de mis manos va hasta su cuello y la otra empieza a recorrer su espalda.

Sus besos se vuelven más intensos y mi boca reclama la suya. Paso la mano del cuello a su mejilla para guiar su cara y poder besarle. Se le escapa una sonrisa entre besos y sus manos viajan a mi espalda. Acaricia la piel que queda al descubierto y viaja a mis hombros donde traza círculos con la yema de sus dedos y hace descender los tirantes.

Acompaña la caída con sus manos, rozando mis brazos y arrodillándose al mismo tiempo que el vestido va cayendo. Su boca no se separa de mi en la bajada, dejando un camino de besos y caricias por mi pecho y abdomen hasta besar mi cadera y levantar la vista para encontrarse con mis ojos. Despacio y con equilibrio para no caer saco los pies de uno en uno hasta quedar a un lado del vestido, quedando en ropa interior en la parte de abajo y desnuda en la de arriba ante una mirada que me devora.

El llegó hacia mi de nuevo, besándome mientras que con con sus manos acariciaba mi espalda. Después sus labios volvieron a mi cuello, enviándome corrientes a mi entrepierna, sus besos eran castros, húmedos. Me separo un poco de él para desabrochar su camisa lo más rápido que puedo, una vez lo hice, lleve mis manos a sus pectorales. El me quita las manos de ahí para abalanzarse sobre mi, sé que está ansioso y yo también lo estoy; directamente va a mi cuello para dar un par de besos ahí y luego seguir por mi hombro, noto sus manos en mi espalda, sus manos se posan en mis senos que tras el toque de sus manos se erizan, reparte besos por mi piel mientras baja.

se detiene antes de llegar a mis senos para luego alzarme, pone sus manos en mi culo para sujetarme de forma que tengo que enrollar mis piernas en su cintura. Mis tetas queda a la altura de su cara y él las mira, noto en su mirada deseo, frialdad que trasmite tras esos ojos azules. Busca mi cara para besarme de nuevo, lo cojo de ambas lado de las caras para profundizar el beso aún más; me acuesta en la cama y mientras me besa el restriega su polla por mi ropa interior, impulsándose para delante, deseo más y cuando lo pego a mi él se separa para quitarse los pantalones y su bóxer bajo mi atenta mirada, el me mira con una sonrisa ladeada perversa.

The Mission Where stories live. Discover now