CAPITULO 1

1.4K 92 33
                                    

Actualidad

Morgan Dankwoth

Pasajeros del vuelo 421 con vuelo a Toronto, Canadá que vayan a la fila de embarcación. —escucho decir a una mujer en el megáfono.

—Vamos. —nos dice mi tío.

—Un momento —le dije antes de volverme a girar hacia James, mi novio. —Debo irme ya.

—Lo se, tranquila, supongo que algún día nos encontraremos, te estaré esperando Mor. —el siempre me decía así.

—Te quiero.

—Yo también.

Luego me gire hacia Miriam, mi mejor amiga, una chica que conocí hace cinco años y la primera amiga que me duró tanto tiempo, porque siempre se me hizo llevarme bien con los chicos pero no con las chicas.

—Te echaré de menos. —le dije.

—Y yo. —se limitó a decir antes de abrazarme y sonreí con tristeza.

Y por último me giré hacia Tyler, mi mejor amigo, el chico con el que crecí desde que tenia tres años e hijo de la amiga de mi madre, Julia, ella siempre ha sido como una tía para nosotros y en el tiempo que mis tíos hicieron los transmites para poder irnos a vivir con ellos, nos quedemos mi hermano y yo bajo su cuidado.

—Me harás muchísima falta. —le dije.

—Y tu a mi estrellita. —su apodo hacia mi me hace sonreír. —Te amo, ¿lo sabes, no?

—¡Claro que lo sé! Yo también te amo, tonto. —rio y lo abracé fuerte, él me envolvió en sus brazos. Después se dirigió hacia mi hermano. —Cuida de tu hermana pequeño soldado, confío en ti.

—Si, señor. —responde mi hermano haciendo un saludo militar.

—Algún día volveremos a vernos. —nos dice a mi hermano y a mi. 

—Por dios, dejaros de tanto drama. —dice Miriam y yo le eché una mirada a Ty para que no le dijera nada.

—¡Morgan, Dylan, deben entrar ya! —nos llama mi tío.

—Ahora si que debo irme. —dije cogiendo de la mano a mi hermano.

—Buen viaje y avísame cuándo llegues —dice Ty.

—Querrás decir avísanos, porque no sé si te das cuenta que yo soy el novio.

—No pelearos.

Ultimo llamado al vuelo de Toronto, Canadá. —escuchamos por el megáfono.

Les dijimos adiós antes de que nos dirigiéramos a la puerta de embarcación y luego ir ha6cia el avión, espero que me toque un buen viaje. Siendo sincera no quiero irme, aquí tengo toda mi vida, tengo un novio, un mejor amigo, una mejor amiga, una vida que construí dieciséis años.

Pero tampoco quería quedarme, aquí construí una vida con mis padres y ahora que ellos ya no están, ¿que sentido tiene? Mi vida ya no lo tiene.

(...)

Me despierto de repente sobresaltada y con lagrimas en los ojos, cada vez que cierro los ojos siempre revivo el mismo momento del día que murieron mis padres, siempre tengo la misma pesadilla, ese miedo que no puedo controlar.

Miro a dónde están mi tío y mi hermano, ambos están durmiendo. Me limpio mis lagrimas para que nadie me vea con ellas y respiro hondo.

—¿Chica estás bien? —pregunta una mujer a mi derecha y la miro.

—Si, si, gracias.

—No lo parece. Imagino que no es por ningún chico porqué no se llora así por ningún hombre y menos se tienen pesadillas.

The Mission Where stories live. Discover now