Equipo 7 y su instructor accidental

Capítulo 2 - Conseguir una 'sensación' para ellos

Kakashi estaba en el infierno. Los niños atacaron en el momento en que el Chunin salió de la habitación y no pudo defenderse de todos sin usar una fuerza excesiva. El trabajo en equipo que mostró la clase lo hizo sentir como un oso frente a una manada de lobos mientras lo esquivaban y lo distraían con habilidad experta.

Él gimió mientras luchaba contra sus ataduras, lo habían atado al escritorio con una gran cantidad de alambre Ninja (garantizado que no se romperá con el uso normal o le devolvemos su dinero).

"Devuélveme ese libro", gritó Kakashi, "no es para niños... ¡Baja esos Kunai! No son para niños... ¡deja de intentar prenderme fuego!" Kakashi sopló inútilmente las llamas ardientes bajo sus pies y trató de recordar un ejercicio de chakra que le habían dado como Genin que trataba de extinguir pequeñas llamas sin signos de mano. ¿Quién sabía que la plastilina podría usarse para atar las manos de esa manera?

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Anko estaba un poco decepcionada cuando su alumno rubio y ruidoso atacó de frente. Esa decepción desapareció después de ver lo que él había planeado con varios clones que intentaban distraerla mientras dos más ayudaban a lanzar al joven Genin por los aires. Naruto se preparó para el impacto mientras caía en picado hacia la tierra, sus clones habían usado más entusiasmo que habilidad. Esto iba a doler. Sorprendentemente no fue así, de hecho parecía mucho más suave de lo que esperaba. Levantó la mano para sentir los objetos que habían amortiguado su caída. Parecían ser redondos y blandos, informaron sus manos; curiosamente les dio un apretón.

"Ohhh", gimió Anko. Naruto levantó la vista nerviosamente desde su lugar entre los abundantes pechos de su nuevo instructor. 'Bueno' , pensó para sí mismo, ' también podría ser colgado y todo eso'.

"Toc, toc". Encontró un extraño tipo de satisfacción en la forma en que llenaban sus manos, siendo mucho más cálidas y suaves de lo que había pensado que serían.

"Je", se rió Anko, "pequeño mocoso pervertido". Estaba más que un poco impresionada por la forma en que el pequeño bastardo había logrado controlar su descendencia tan maravillosamente, sin mucha utilidad práctica pero impresionante como el infierno.

"Oh . . ."

"Rosadita, tú eres la siguiente", ordenó Anko. Su primer alumno podía idear planes decentes sobre la marcha. No está mal para un novato...

"Sí, sensei", asintió Sakura. Anko estaba lista para pasar a su siguiente estudiante cuando se dio cuenta de que la rubia aún no la había soltado. Miró su rostro estúpidamente rojo, un rastro de baba arrastrándose por su barbilla.

"Eso significa que tienes que dejarlo ir, Naruto", dijo Anko suavemente.

"Está bien, Anko-Sensei". Naruto soltó a regañadientes los pechos de la mujer y se acercó para sentarse junto a un Sasuke ligeramente, aunque nunca lo admitiría en voz alta, impresionado.

"Entonces, ¿qué tienes, Rosadita?" preguntó Anko.

"Tengo los puntajes más altos en las pruebas de mi año", dijo Sakura con orgullo. Anko hizo una pausa mientras miraba a su alumna; una constitución débil y una musculatura casi nula. Anko suspiró y preguntó:

"¿Cómo te fue en las cosas prácticas?"

"No tan bien", admitió Sakura. Su instructor suspiró visiblemente y se frotó la cabeza.

"Bueno, entonces sabemos en qué trabajar. ¿Verdad, Sakura?"

"Sí, sensei", aplaudió Sakura.

"Está bien, entonces, quiero que lances tu ataque más fuerte..." Anko bloqueó la patada de Sakura sin esfuerzo visible y suspiró de nuevo. "... y tenemos mucho trabajo por delante. Emo, estás despierto".