XXIV

4.1K 478 18
                                    

La observó dormir, acariciándole suavemente el hombro, el brazo, sus dedos, subiendo nuevamente hasta llegar a su rostro, y acariciar sus mejillas, delineando su perfil.

Lo que estaba comenzando a sentir por Jennifer, no lo había sentido por nadie jamás.

—Jen —pronunció en un tono bajo, dándole un corto beso en los labios.

—Quiero dormir —murmuró abrazándose a él, pegándose más a su cuerpo desnudo, aún con los ojos cerrados.

Rio bajo al escucharla decir aquello, y repartió más suaves y cortos besos por su rostro, por su cuello, por sus hombros, abrazándola a él, sintiéndola tan suya.

—Yo no puedo dormir —ronroneó.

—Sí, durmamos un poquito más así, juntos —le dijo sin querer separase de él.

La tomó del rostro con una de sus manos, y la separó de su pecho, para poder besarla, y que a ella no le quedara más que corresponderle.

—Te necesito, Jen —pronunció ronco, apoyando su frente contra la de ella, ambos con los ojos cerrados.

La sintió estremecerse entre sus brazos, y luego como tímidamente asentía con la cabeza, antes de buscar nuevamente su boca, para poder besarlo.

Aún no había amanecido, y él quería volver a hacerlo... Al parecer, no entendía, no comprendía, que para ella al ser su primera vez, no era placentero como para él. Aún dolía, molestaba, y quería más que nada una maldita ducha.

***

La quería en todo momento con él, cerca, y es por eso, que Jennifer estaba sentada sobre sus muslos, mientras Laxel tomaba agua en un cuenco, y enjuagaba suavemente su cabello.

Ese sentimiento de pertenencia, era cada más grande por el estado en que ella se encontraba. Y si bien no estaban en la isla de él, para que otro macho quisiera captar su atención, Laxel estaba actuando de forma territorial y posesiva de todos modos.

Jennifer ahora era suya.

—¿Estás cansada?

Bostezó una vez más, y susurró un sí, girándose en sus brazos para poder abrazarlo.

—No me dejaste dormir bien.

—Es que te necesito todo el tiempo conmigo —le dijo abrazándola, besando su frente.

—Y yo necesito dormir también —sonrió.

—¿Aún te duele?

—Mm no, creo que el agua ha ayudado un poco, pero de todos modos vamos a esperarnos un poco —se apresuró a decir—. Yo también te quiero, pero no ahora.

—Está bien —sonrió—. Mientras te quedes así conmigo, no importa.

—Laxel —murmuró, acariciándole la espalda, con su mejilla pegada al pecho de él, mirando el paisaje.

—Dime.

—No quiero alejarme de ti.

—¿Por qué te alejarías de mi? —pronunció confundido.

—Mi papá va a buscarme, sé que va a encontrarme.

Laxel miró hacia abajo y la abrazó más a él, apoyando su cabeza en el hombro de ella. Sí, sabía que ese tipo la alejaría de él, que cuando ocurriera, no volvería a verla jamás, pero no quería pensar en eso ahora.

—¿Vendrás conmigo?

—No puedo hacer eso, Jen.

—¿Por qué no? ¿No quieres estar conmigo? ¿No me quieres?

—Si yo voy contigo, tu padre volverá a encerrarme, y me hará pelear para él.

—No, él no hará eso —le dijo separándose de él, para mirarlo—. Yo hablaré con él, y le explicaré-

—Tú no conoces a tu padre —la interrumpió—. Él jamás aceptará liberarme, y mucho menos, una relación entre nosotros.

—Pero yo puedo convencerlo, confía en mí.

—Jennifer tú no lo entiendes. Yo confío en ti, creo en ti, pero en él no.

—¿Entonces no vas a venir conmigo? Cuándo él venga a buscarnos ¿Te vas a quedar aquí?

—No hablemos de eso ahora —le pidió en un tono bajo.

—No vas a elegirme —pronunció con ojos cristalizados.

La miró y luego la abrazó a él... Sintiéndose tan afligido. Ella no lo entendía, si se iba con ellos, su vida volvería a ser un infierno.

...

LaxelWhere stories live. Discover now