El omega del general

Sospechas

Palacio Imperial Zheng
Habitación de la emperatriz

El gran espejo delineaba una figura semidesnuda en espera de un visitante muy especial. Esta noche era el turno de la emperatriz de compartir la cama con el emperador y rememorar los mejores tiempos.

-Mi emperatriz está hermosa-. Comentó su dama de compañía.

-Lo sé, espero que su majestad y yo podamos volver a pasar tiempo juntos-.

-Escuche que estuvo todo el día con los funcionarios y con los generales, hablaron de las reparaciones y las mejoras que harán para el imperio, pero...-.

-¿Pero?-.

-Su majestad no fue capaz de convencer al general Xiao de revocar su decisión sobre tener un harem. Supe que de nuevo dijo que solo el tercer príncipe Cheng será su único esposo, ademas de decir que muy pronto podrían escucharse rumores del nacimiento de un posible heredero-.

El aroma de las margaritas se pudrió por completo.

Desde que Xiao Zhan tomó el mando en la Mansión Xiao, los asuntos entre los Xiao y el imperio se volvieron reuniones muy distantes. Sobre todo cuando Xiao Zhan participó por primera vez en el concejo.

No fue ingenuo.

Se mantuvo a la distancia, escuchando y pensando. Un alfa muy frío.

Sorprendentemente su hija se enamoró desde que solo eran niños en la escuela de los nobles. Aunque el cachorro Xiao al principio fue alguien amable y cordial, conforme fue pasando el tiempo y después de la muerte de su tío y padre se volvió muy retraído y cerrado.

Nadie sabía lo que pasaba en su mente y nadie sabía sus verdaderas intenciones.

Pero a ella solo le importaba el gran apoyo que tendría su hijo si fueran aliados con los Xiao. La característica más resaltante de los guerreros de esa manada era su increíble lealtad a su amo.

En cada generación de los Xiao excelentes guerreros fueron forjados y sobresalieron de entre los demás lobos del imperio.

Era la sangre Zheng que aún corría por sus venas. Fuerte y puro. Aterrador.

Se suponía que con el pasar de los años solo la rama del emperador seguiría con la verdadera sangre Zheng en sus venas, pero los Xiao fueron la única excepción de todos.

Seguían siendo demasiado fuertes y tenaces.

Lobos de gran tamaño y proeza.

Líderes natos.

Preparados desde el vientre de sus madres para ser posibles Emperadores.

Posibles enemigos.

Su esposo luchó por ser tomado en cuenta y sino fuera por el fallecimiento del anterior príncipe heredero y su familia, probablemente su familia viviría otra historia.

Amaba a su hija.

Ella era el motivo por el que hacía muchas cosas consideradas malas y crueles. Si su hija hubiera sido una alfa su destino sería más fácil.