De alguna manera el azabache se esperaba eso, así que ni siquiera podía culparlo. Tampoco tenía ánimos de reprocharle. Simplemente se sentía insuficiente para el otro y hablar no tenía caso.

A TaeHyung se le hizo extraño que no dijera nada, así que se giró a verlo y observó aquel rostro que siempre parecía carecer de emociones. Esa vez no era así. Claramente se veía herido y confundido. Como si sintiera que había hecho algo muy malo, pero no supiera qué. Creyó que se quejaría de sus duras palabras, pero ni siquiera parecía querer abogar.

El diseñador estrella frunció los labios. No podía soportarlo. ¡Definitivamente no iba a consolarlo!. Su corazón de enamorado evidentemente quería una cosa, pero la razón le pedía otra.

--- Estúpido treintañero con problemas emocionales--- rabió el menor. Posteriormente, comenzó a vestirse con un cambio de ropa preparado que estaba en el mueble más cercano. Era ropa a la medida que seguro el contrario encargó antes de dormir. O al menos eso suponía. Don Perfecto solía ser así cuando estaban juntos.

JungKook cerró los ojos con fuerza antes de hablar.

--- No se si confías en mí o no, pero... Solo por si acaso...--- dudó. Se tomó una breve pausa antes de continuar--- nosotros no hicimos el amor--- murmuró, aunque supo que no era la frase correcta para la ocasión--- no tuvimos ninguna clase de contacto sexual. No te preocupes.

El de piel acaramelada bufó y tan solo tomó sus cosas, las cuales había visto sobre una repisa de madera blanca. Todo en aquella habitación estaba en tonos blancos o rojizos que hacían juego de una manera muy hermosa y elegante. Sí. El señor Jeon tenía muy buenos gustos como siempre.

Cuando el presidente vio que TaeHyung realmente tenía ganas de irse, pensó en ofrecerle transporte, pero intuyó que sería despiadadamente rechazado, así que mejor no mencionó nada al respecto.

--- Si necesitas algo puedes buscarme. Lo que sea--- hizo saber, como último ofrecimiento. Realmente le gustaría poder ayudarlo cada que lo necesitara. Esperaba que supiera que él sería ese hombro en el cual podía apoyarse cuando quisiera.

--- Como digas, señor millonario...

TaeHyung ingresó al nuevo edificio que JungKook había adquirido y, con desconfianza, miró a los policías que resguardaban las puertas

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TaeHyung ingresó al nuevo edificio que JungKook había adquirido y, con desconfianza, miró a los policías que resguardaban las puertas. ¿Por qué nadie lo estaba deteniendo? Se preguntó, aunque, después de avanzar unos cuantos pasos, se dió cuenta del porqué. ¿Era normal que varios de sus logros estuvieran en la primera planta de la empresa? Incluso había una pantalla reproduciendo eventos en donde había aparecido. ¡Su cara estaba en uno de los edificios más importantes de Seúl!

Y aunque el joven adulto no se dió cuenta, en la pantalla LED principal del edificio, también estaba siendo promocionado como si no hubiera un mañana.

"Mode..." ¿Eh? Había leído bien...

¡Ni de broma!, ¿¡Cómo que modelo!?, ¡Eso solo había sido un evento que sucedió por azares del destino. O bueno, por decisión propia. Después de todo él mismo se ofreció para no tener que andar buscando a nadie más a último minuto. Y claro, porque era sumamente seguro de sí mismo. Se sentía un dios griego.

Se encogió de hombros y, estúpidamente avergonzado, corrió hasta una persona que iba pasando frente a él.

--- ¿Podría ayudarme?--- le preguntó directo y fingiendo no estar apenado--- Quiero ver a tu jefe. Bueno, supongo que es tu jefe... Es decir. Ese tipo incluso podría ser mi jefe--- se cruzó de brazos y bufó. Maldito ex multimillonario--- ¿Sabes dónde se encuentra?

Un poco confundida, la joven mujer asintió y señaló un segundo ascensor a sus espaldas.

--- Solo el jefe y algunas personas de alto rango pueden usarlo--- explicó brevemente--- ¡Pero si tiene el permiso, entonces no habrá problema alguno!

Qué permiso ni qué nada. El peliazul se rehusaba a hacer una visita formal, como era costumbre suya. Tan solo iría a buscar a la persona que deseaba ver y listo.

--- Gracias. No te preocupes por mí. Soy alguien muuuuy conocido por aquí--- se burló mientras miraba en dirección a una de las pantallas.

Subió el jodido rascacielos, dirigiéndose hasta la sala en la que se suponía estaba el azabache. ¿Por qué el lugar era enorme? Ahora se sentía pobre. Quizás y podría pedir algo de dinero prestado para su nuevo proyecto. No lo sabía.

Durante su recorrido, el peliazul logró ver muchas cosas interesantes que antes no había en el antiguo edificio. Ya entendía el porqué se había mudado. Incluso había esculturas que seguro y valían mucho más que todos sus diseños juntos. Esos gustos parecían los de aquel Sugar Daddy. Eso estaba más que claro.

--- Bueno...--- unos hombres a sus costados rápidamente abrieron las enormes puertas que se encontraban frente al ascensor, a lo que TaeHyung entró, cruzado de brazos--- ¡Han pasado tres días!, ¿¡Por qué no volviste!? Eres un estúpido--- lo insultó en cuanto tuvo la oportunidad, mientras uno de sus dedos lo apuntaba de manera incriminatoria--- a-además, ¿Quién es él?--- titubeó.

Había un joven al lado del azabache, y, bueno, parecía estar escribiendo tranquilamente mientras ignoraba la escena de sus mayores.

--- TaeHyung.

El presidente se levantó enseguida, mientras se acercaba al recién llegado. Le hubiera gustado haberlo recibido de una mejor manera, pero no se esperaba en absoluto su visita.
De igual modo, se sintió feliz de contar con la presencia del otro.

Los gorilas sacaron al estudiante, quien confundido se dejó llevar como un costal de papas para dejar a solas a los dos adultos.

--- Maldito. ¿¡Tan rápido me olvidas!?--- inquirió, mirando fijamente al contrario, el cual evidentemente no se intimidó. De hecho, el pelinegro estaba muy feliz. Incluso estaba sonriendo. TaeHyung había ido a buscarlo y no le importaban las razones por las que estaba ahí--- ¿¡Por qué sonríes, estúpido!?

JungKook sintió que sus fuerzas regresaban, por lo que tomó al contrario de la cintura y lo besó sin pedirle permiso. Lo extrañaba tanto. Ansiaba tenerlo de ese modo.

El peliazul intentó alejarse en un inicio, pero terminó rindiéndose poco a poco. Aquellos labios lo estaban tocando con tanta dulzura que sentía que iba a desmayarse ahí mismo. Se sentía en el cielo.

--- Imbecille--- murmuró con su bonito acento italiano. Se sentía estúpido. Lo único que podía hacer era ver aquellos oscuros ojos que no se alejaban de él, como si fuera un diamante en bruto al alcance del otro. Estaba cediendo, olvidando momentáneamente su rabia explosiva.

--- Lo siento--- acarició la cintura del menor y juntó sus frentes, aspirando el perfume caro que llevaba el diseñador--- Doy clases privadas de vez en cuando. ¿Te gustaría venir también?--- cuestionó coqueto. Evidentemente había otro contexto detrás de sus palabras y su osito no tardó en captarlo.

Era increíble la manera en la que el presidente lograba domar a su joven bestia. Después de verlo llegar directamente hacia él, su corazón ardió en confianza y anhelo. No pudo evitar sentirse tan bien y tan esperanzado. Adiós a la tristeza. Lo único que necesitaba era una respuesta positiva del amor de su vida para volver a estar juntos.

--- No me pongas duro, bastardo buenote--- lo regañó antes de alejarse lentamente, rompiendo su agarre de manera delicada--- ¿Tienes tiempo?--- inquirió. No quería que se diera cuenta de que había ido solo a verlo--- Me gustaría hacer negocios contigo y pedirte prestado muchos millones.

JungKook volvió a abrazarlo y luchó contra el mismo TaeHyung unos segundos hasta lograr calmarlo nuevamente.

--- Maldita sea. Deja de hacer esto--- puchereó el menor. Se rendiría con su actitud de imbécil si el más alto seguía así. No podía si era tan lindo como siempre. ¡Se suponía que no volverían! Y ahora... Ahora le estaba plantando esa enorme confusión en su pecho.

--- Mi bonito... ¿Qué necesitabas?

Y entonces, el peliazul sonrió pícaro. ¡Tonto!

--- ¡Ciento cincuenta millones!

Sugar, but not your baby (KookTae)Where stories live. Discover now